Millonarios
Imagen: suministrada.

A demostrar que los tolimenses son hinchas de alentar y no de agredir

Llegó la hora. Es una gran oportunidad, después de una avalancha de infamias por parte de un alto porcentaje de la prensa capitalina. Por culpa de un desadaptado, los hinchas azules disfrazados de periodistas, generalizaron a toda una región. Nos vendieron como salvajes ante el mundo y nos dieron el trato despectivo de siempre.

Les duele que un equipo de una ciudad pequeña desde hace dos décadas se les cuele y les pelee títulos. Esos trofeos que para ellos están destinados para las vitrinas de Bogotá, Medellín, Cali y quizás Barranquilla. Es inverosímil que ese Tolimita les haya arrebatado en 2003, 2018 y 2021 esas estrellas en sus propios patios.

Es un exabrupto que un equipo que peleaba por no descender de un momento a otro se dé el lujo de disputar tres finales seguidas. Es absurdo que una hinchada de “tres mil gatos” fijos (con acento cantado) se haya acostumbrado a ganarle a históricos como: Nacional, Millonarios o Cali. Parece falaz que las estadísticas evidencian y ratifican esa verdad.

No es fácil para esos hinchas con micrófono de la capital, para los periodistas con bufanda, ver esas inversiones multimillonarias y que no se vea reflejado en títulos seguidos. Seguramente jamás conocieron los códigos deontológicos de su profesión y piensan que ser periodista es abusar del cuarto poder y opinar de manera visceral.

Algunos están que se salen de los chiros luego que la apelación de César Camargo diera frutos y reversaran la decisión de castigar con cuatro fechas sin público al Deportes Tolima. Más irascible es que hayan sancionado al pobre jugador Daniel Cataño quien se ha caracterizado por su nobleza, respeto y calidades humanas en su trasegar como profesional (escribo con sarcasmo por supuesto).

Poco les importa a estos adalides del periodismo capitalino, que una ciudad se vea afectada en su economía, en su imagen, en su idiosincrasia por culpa del comportamiento de un individuo. Contrario a lo que ha sucedido en varios escenarios deportivos de otras latitudes, en el Murillo Toro no se había presentado algo así. El Tolima es tierra de buenas personas no de vándalos como nos quieren hacer ver.

La primera oportunidad para ratificar esta afirmación será este domingo cuando los dirigidos por el ibaguereño Hernán Torres reciban al Deportivo Cali en el gramado del Manuel Murillo Toro. Será sancionada por tres fechas solo la tribuna de oriental por lo que los abonados de esta zona, podrán trasladarse a la parte nororiental con el incentivo de llevar un acompañante gratis.

La gran prueba de fuego será el 29 de marzo cuando se reciba a Millonarios y seguramente aparezca de nuevo pisando el césped el jugador Cataño. Es entendible que el paisa no sea un jugador agradable para la hinchada, pero, es una bonita oportunidad para demostrarle de la forma más civilizada que se le dio la vuelta a la página.  La indiferencia es el mejor camino. Decían las abuelas: “Al bagazo poco caso”.

Capítulo aparte es el fútbol y es ahí en donde el Deportes Tolima tendrá que empezar a demostrar de qué está hecho para este semestre. Cuenta con una buena nómina y la hinchada espera que la buena racha a la que nos tiene acostumbrado continúe. La afición sigue convencida que el traspié del segundo semestre de 2022 no volverá a suceder.

No creo que el Deportes Tolima sea el nuevo grande del fútbol colombiano. No obstante, sí estoy seguro que ha sido la pesadilla de esos que se hacen llamar grandes. Esta tierra siempre se ha caracterizado por ser pacífica, ser como lo llaman: un buen vividero¡No demos papaya!  Disfrutemos del fútbol en paz.

Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy.

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