Atraco

Concejo de Ibagué ejecutó el último atraco a mano armada

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Imagen de referencia.

Roban a los contribuyentes al recibir sesiones extras por parte del alcalde Jaramillo.

En un hecho lamentable, deplorable y que desnuda como pocos la avarica desmedida, el ansia de dinero que mueve a la mayoría de concejales de la ciudad, el Concejo de Ibagué, 2016 – 2019, se despide con ‘música’, al recibir por parte de Guillermo Alfonso Jaramillo, cinco días de sesiones extraordinarias que comienzan el 18 de diciembre y terminan el 27.

Sin entrar a determinar la validez de los temas propuestos en estudio a la Corporación, es clara la intención del Ejecutivo de premiar a sus concejales que a lo largo del periodo aprobaron empréstitos, elección torcida y corrupta de Personero, Contralor y Secretario del Cabildo; sin pensar en la ciudad, en los electores que los llevaron a representarlos y movidos solamente por el cálculo de cuántas corbatas y contratos recibirían para llenar la bolsa, que algunos tienen abultada y que no se sabe cuándo acabará de forrarse.

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Evidencia de ello es que 15 concejales y exconcejales, fueron sancionados por la Procuraduría (nueve meses fuera de la curul); e imputados de cargos por la torcida elección del excontralor Ramiro Sánchez, lo que les podría costar hasta la libertad en los meses venideros.

El podrido Concejo de la ciudad se despidió además con un contrato torcido que otorgó hace pocas semanas el dirigente del partido Conservador Juan Pablo Salazar Achuri, con el ánimo de ejecutar el concurso de méritos para proveer al nuevo Personero de Ibagué, mismo que terminó con burlas y evidencias claras de la inexperiencia de la firma contratada (que nadie conocía), lo que dejaba también claro la nula atención que se dio por parte de Salazar a entidades tan serias y respetadas en el mundo académico como la Universidad de Ibagué, la Universidad del Tolima, o la misma Universidad Cooperativa de Colombia.

Cierra el periodo el Concejo, con la presidencia de Marco Tulio Quiroga, un empresario del sector de las academias de conducción, que llegó en su primera incursión en la política a ocupar una curul en la lista del movimiento alterno del partido Liberal (de la Rosita).

Pero Quiroga, con imagen de bonachón, se sumó a la gavilla de granujas que atracaron a los ibaguereños de frente, y que 12 días antes de culminar el año le siguen sacando al presupuesto público, con responsabilidad por acción u omisión, de Guillermo Alfonso Jaramillo, quien también quedó sepultado por la derrota electoral, el paso de los años, el proceso penal que tiene por contratos irregulares y el desgaste de su imagen que dio para pensar hace unos años en un perfil con talante de presidenciable; o incluso en una precandidatura a la Alcaldía de Bogotá.

En resumen, ¡que se vayan ya los concejales de la corrupción, la manzanilla, la avaricia, la corruptela y las componendas!

*Este es un editorial del director de A la luz Pública.

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