Crisis de agua en Ibague
Imágenes: Diseño de A la luz Pública.

Ibagué muere de sed

Crece el inconformismo de los ciudadanos por la falta del líquido vital.

Un estallido social más grande que el paro del año 2021 podría estarse gestando en Ibagué y reventarle en la cara al alcalde Andrés Fabián Hurtado  No pasa semana sin que se produzcan protestas, arengas y cierres de vías de comunidades y barrios enteros que no aguantan la intermitencia en el servicio de agua; o que pasen días y semanas sin que a sus casas llegue el líquido.

Se han registrado protestas en el Salado, Modelia, Ambalá y otras zonas de la capital tolimense. En el conjunto Alminar Samoa, ante la falta de agua, los residentes han tenido que sacar agua de la piscina para asearse o lavar los sanitarios.

Y es que con el paso de las semanas crecen las construcciones, los edificios, los conjuntos residenciales, la demanda general de agua pero las fuentes son las mismas: el río Combeima, los acueductos comunitarios. Y la solución del Acueducto Complementario nada que arranca pese a que el alcalde Hurtado prometió que en su mandato entregaría la tan anhelada obra.

Agua

Tampoco es que sea una responsabilidad total de la actual ‘administración’ el tema de la inacabada obra del Acueducto Complementario es un problema de varios lustros y gobiernos anteriores. Para no ir más lejos, en 2019 el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo y el gerente del Ibal Alberto Girón, hicieron un show con el que mojaron a los asistentes con una manguera a presión, pero se denunció después que todo fue un montaje, una opereta, un falso positivo.

Hace falta una política de planeación adecuada que integre a las Curadurías, al gremio de la construcción y el sector público para avizorar la ciudad a corto plazo que creció demográficamente y se convirtió en atractivo de inversión y residencia para habitantes de todo el país que han llegado a vivir a la capital tolimense. Empleos, reactivación económica necesaria, crecimiento, pero que está dejando sin el agua a todos por igual.

Requisitos para trabajar en la Alcaldía de Ibagué

Ojalá que el Ibal logre avanzar en la gestión de garantizar el suministro en medio del saqueo de las mafias políticas, las fami empresas electorales de la ciudad que con corbatas, contratos chaleco y licitaciones amañadas, cada vez reducen más el margen de acción del instituto, el apalancamiento financiero necesario para que caiga la gota, sobre todo en los sectores populares y menos favorecidos de Ibagué.

Quedan escasos 16 meses de mandato a Andrés Hurtado pero la solución del servicio del agua a los sectores más vulnerables no da espera. Podría estallar una bomba social, si se tiene en cuenta que los políticos pensarían en azuzar a las comunidades, pescar en río revuelto, en vísperas del proceso electoral regional del próximo año.

Y eso que no ha habido temporada seca, mal llamada verano, en la capital tolimense durante 2022. «Vendrán cosas peores«, dice la Biblia

Este es un editorial de A la luz Pública.

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