
Investigaciones contra el alcalde de Ibagué no producirán resultados.
Esto, luego del ruido que hiciera la indagación que adelanta el Ministerio Público contra Guillermo Alfonso Jaramillo y Alberto Girón, por la adición de recursos para obras del acueducto complementario.
Así mismo poco podría esperarse de las denuncias recientes y que seguramente vendrán en la campaña política, del favorecimiento de la administración municipal hacia su candidato, el exgerente del Ibal José Alberto Girón, y quien según se ha señalado, sigue manejando debajo de la mesa las decisiones del instituto de acueducto y alcantarillado, así como en otras dependencias del gobierno local como si todavía ostentara funciones públicas.
Para conocedores de la filigrana política es claro que la Procuraduría no llegará a producir decisiones de fondo contra el alcalde, esto porque uno de sus aliados, desde 2015 (o mucho antes) y a lo largo de todo el mandato, ha sido el coordinador de Cambio Radical en el Tolima, Emilio Martínez Rosales, quien en contraprestación ha gozado de puestos y burocracia (inundó a Ibagué con contratistas de Espinal) en la administración “con todo el corazón”.
Para la muestra un botón: el alcabalero secretario de Hacienda, Juan Vicente Espinosa, quien ha salido a decir que los ibaguereños son “miserables” y “mezquinos” porque supuestamente no les gusta pagar impuestos.
Le puede interesar: La última fiesta de Emilio.
Recuérdese la última fiesta de cumpleaños de Emilio en 2018, en Espinal, donde el propio procurador general, Fernando Carrillo, llegó a agasajar a su viejo camarada. Y es que Martínez y Carrillo mantienen amistad y cercanía política desde hace casi 30 años. Ambos tienen raíces en el partido Liberal, donde se asegura que milita el procurador Carrillo.

Así las cosas quienes esperan decisiones de la Procuraduría en torno a la Alcaldía de Ibagué pueden dedicar su tiempo y sus denuncias hacia otros temas más fructíferos.
Le puede interesar: Emilismo de capa caída.
Además, Emilio Martínez estaría más ‘empeñado’ con Jaramillo ya que debe apoyar las aspiraciones de Alberto Girón, eso sí, con el recibo de más puestos y burocracia, porque gratis no se obtiene un endoso de votos como el que esperan el alcalde y el exgerente del Ibal. Lo malo es que Emilio anda a la baja y en la última elección sacó pocos votos en la ciudad para la curul de su hermana en el Senado, que terminó perdiendo.
Y la ñapa: la semana anterior le nombraron a Emilio dos cuotas de importancia en la Alcaldía de Jaramillo. Una es la secretaria de toda la vida en la cartera de Ambiente; y su propio primo, quien llegó a una dirección en la administración de Guillermo Alfonso.
Le puede interesar: Más burocracia para Emilio.
No hay que olvidar la ‘amnesia’ del organismo de control en temas como los Juegos Nacionales 2015; o la laxa sanción de nueve meses impuesta a los concejales de Ibagué por amañar la elección del excontralor Ramiro Sánchez (milita en Cambio Radical), ¡a quien la misma Procuraduría terminó absolviendo en un irónico giro del destino y de tamaña interpretación jurídica!
Por ello, hay abogados y sectores de opinión en Ibagué que están pidiendo al procurador Carrillo que active un control preferente y remita las investigaciones de la Procuraduría de Ibagué, para la sede central de Bogotá, y así entregar garantías procesales a las partes y a la ciudadanía en general. Esperemos estar equivocados y seguir confiando en la buena fe de los organismos de control.