Con la abstención de un poco más del 45 por ciento con el 99.99 por ciento de mesas informadas, queda claro que la gran ganadora de la jornada electoral fue la apatía hacia la política. Según el censo electoral en Colombia estaban habilitados para votar un poco más de 39 millones de colombianos y sufragaron un total de 21 millones 418 mil 631 (54,91 por ciento).
En ese orden de ideas podemos decir que más de 18 millones de colombianos aptos para votar no lo hicieron. Si sumamos los votos de Gustavo Petro que son ocho millones 527 mil 768 (40,32 por ciento) y los del segundo, el candidato Rodolfo Hernández cinco millones 953 mil 209 votos (28,15 por ciento) daría 14 millones 480 mil 977 votos. Esto sería alrededor de 3.5 millones menos que la cifra de abstención.
Todos los políticos hacen conjeturas y sacan sus calculadoras frente al tema de apoyos en Segunda Vuelta, pero lo cierto es que si esta cifra se despertara apenas en un 10 por ciento (al menos) cambiaría completamente esas cábalas. De hecho, sería muy difícil determinar para cuál de los candidatos sumarían esos sufragios.
Otros datos a revisar también son el voto en blanco el cual llegó a 366 mil 623 (1,73 por ciento) y los nulos 242 mil 629 (1, 13 por ciento). La pedagogía electoral sigue siendo determinante porque aunque parezca absurdo a la candidata Ingrid Betancourt le aparecieron 12 mil 425 votos que deberían haber llegado a las cuentas de Rodolfo Hernández.
Los grandes perdedores de la jornada del domingo 29 de mayo fueron los partidos políticos tradicionales, los cuales estaban casi en su totalidad apoyando al candidato Federico Gutiérrez, quien tuvo que resignarse al tercer lugar con un poco más de cinco millones de votos. En las presidenciales queda ratificado que el voto de opinión es el que marca la diferencia.
La muestra fehaciente está en el Tolima en donde senadores y representantes electos hicieron su respectivo proselitismo muy poco efectivo a favor de Fico. Para sorpresa de muchos, en el departamento ganó Rodolfo Hernández con 249 mil 949 votos (39,34 por ciento) y el segundo lugar fue para Gustavo Petro con 191 mil (30, 93 por ciento). Queda claro que las maquinarias se mueven en las regiones cuando se trata de Senado y Cámara o para alcaldías y Gobernación; no en esta coyuntura.
Llama la atención que Rodolfo Hernández haya logrado la suma de dos mil 097 votos en Palocabildo (53,75 por ciento) cuando jamás fue por allá y lo único que pronunció sobre la localidad es que tenía un nombre muy feo. Más raro aún es que resultara con la primera votación en Vichada con seis mil 670 (39, 57 por ciento) cuando aseguró que no sabía ni dónde quedaba. Más de uno se pregunta ¿cómo logró esos votos?
De todas maneras, Hernández muy seguramente se constituye en el candidato que recibirá un alto porcentaje de la votación de Federico Gutiérrez quien de hecho ya anunció su respaldo. También lo hicieron en fila india: Mario Hernández, Marbelle, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia entre otros uribistas. Soy de los que creo que Rodolfo no es títere de nadie pero le tocará aclarar cuál será su posición frente a estas polémicas adhesiones que suman por un lado y le restan por el otro.
Frente a Gustavo Petro su simpatía en Bogotá (un millón 769 mil 671 votos y el 47 por ciento) es innegable. Triunfó en el Atlántico tierra de los Char y de manera contundente (479 mil votos con el 54, 75 por ciento). En la Costa Atlántica, en la Región del Pacífico y la Amazonía parece imbatible.
Los departamentos en donde es más fuerte Rodolfo son: Boyacá (321 mil votos con 51,62 por ciento), Santander por supuesto (782 mil 378 votos con el 67 por ciento) y Norte de Santander (367 mil 724 votos con el 54,11 por ciento). También, logra potencial en algunos puntos de los Llanos Orientales y la Región Andina en donde Petro tiene su Talón de Aquiles. Antioquia en la que ganó Fico se repartirá entre ambos candidatos en Segunda Vuelta (creo que van más hacia Hernández).
El próximo 19 de junio sabremos quién regirá los destinos del país en los cuatro años venideros. Si es Petro, el país dará un vuelco total y empezará a estructurarse el cambio que millones de personas piden a gritos. No obstante si es Rodolfo Hernández, tengo la esperanza que a los uribistas les saldrá el tiro por la culata porque no creo que éste sea un Iván Duque y quizás salga más jodido que Juan Manuel Santos. Recuerden la frase que dice: “Perro viejo late echado”.
Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy
Editor General.