Petro en el Tolima: ¿Sin visa ni pasaporte?

Este viernes tres de octubre, Gustavo Petro aterrizará en el Tolima con la esperanza de conquistar un departamento que nunca le ha sido del todo fiel. No es que lo amen mucho en la Tierra Firme, y todo indica que lo recibirá un ambiente más frío que festivo.

La gobernadora, Adriana Magaly Matiz, ya dejó claro su descontento con el Gobierno Nacional, y no parece dispuesta a recibirlo con flores ni con banda municipal. Si fuera por ella, le contestaría a lo Karol G con Becky G: “No me vuelvas a llamar, hasta boté el celular”. Pero a la gobernadora le tocó ser diplomática y, de dientes para afuera, decirle “bienvenido, presidente”.

El problema es que en el fondo el mensaje es otro: en el Tolima, Petro está sin visa ni pasaporte, o por lo menos eso lo evidencian sus resultados electorales en la región. La ironía es que, mientras en Estados Unidos le cerraron la puerta de la visa, ahora busca una nueva “Visa para un sueño” —al estilo de Juan Luis Guerra—, pero no en Nueva York ni en Miami, sino en las regiones del país.

En el fondo, lo que se viene este viernes no parece un acto de gobierno, sino un pulso político. Petro intentará mostrarse cercano a las regiones, no obstante, la realidad es que en esta tierra la relación con él ha sido fría desde que era candidato. Su discurso nunca terminó de cuajar en la mayoría. Ni en Ibagué, ni en los municipios.

El viaje al Tolima, en últimas, será una radiografía de lo que le espera en su recta final de gobierno. Al final, la ironía es inevitable: Petro dice que no necesita visa, pero lo cierto es que aún no logra pasar el verdadero control migratorio, el de la confianza de los tolimenses. Esa frontera política sigue cerrada, y por ahora, sin sello de entrada.

El Tolima lo recibirá con la institucionalidad que manda la Constitución, pero no con alfombra roja. Al parecer, Petro, tiene su cabeza en Gaza y en la actualidad (por lo menos la mayoría de los tolimenses) lo ven como un presidente más extranjero que de su propio territorio.

*Este es un artículo de A la luz Pública 

(Con apoyo de I.A)