El comercio ilegal de teléfonos inteligentes sigue siendo muy rentable en la cárcel de Picaleña en Ibagué.
La Policía y su grupo Gaula iniciaron operativos en algunos bloques del penal, hallando más de 20 teléfonos, 18 cargadores y hasta un router para compartir internet.
Desde uno de estos celulares estarían chantajeando a la familia de una comerciante de Girardot, secuestrada la semana pasada en Flandes.
Se investiga también la comisión de otros punibles como extorsión y las llamadas en la modalidad del «Tío, tío», de uso común para esquilmar a los ciudadanos.