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Varios candidatos andan cañando para unificarlos al final
En 2019 la estratega dio resultado: entre el cúmulo de candidatos existentes, el movimiento que impulsó a Andrés Fabián Hurtado, lanzó por vías y avales diferentes a José Hildebrando Barreto y al sinuoso dirigente Alfredo Bocanegra. José Barreto renunció 10 días antes pero su nombre de todos modos apareció en el tarjetón y por este marcaron su voto 2.669 ciudadanos.
Bocanegra, pese a proferir graves epítetos contra el entonces gobernador Oscar Barreto, se mantuvo y consiguió 12.263 votos. Fue premiado (le mantuvieron su cátedra en la Universidad del Tolima) y en la actualidad disfruta de cuotas y contratos en la ‘administración’ del ingeniero Hurtado Barrera. Incluso se afirma en medios proclives al hurtadismo que Alfredo Bocanegra podría repetir la manida fórmula de cañar con otra candidatura a la Alcaldía cuando bien se sabe que no tiene ni el músculo electoral, la plataforma, ni la solvencia moral para llegar a dirigir los destinos de la capital tolimense.
En el último proceso electoral regional entre todos los candidatos que se presentaron y no fueron escogidos llegaron a obtener 142.698 votos. Andrés Hurtado ganó la elección con 46.640 sufragios, lo que demuestra que la estrategia de promover masivamente candidatos (algunos apoyados por la misma estructura), funciona. Así, el voto se dispersa, se atomiza, y gana alguien con poco margen electoral, que ‘pasa por el medio’ y triunfa.
El propio Hurtado aplicaría la misma estratagema para 2023, con varios aspirantes. Tiene por un lado a Johana Aranda, pero también a José Barreto (que volvería a jugar de comodín). De hecho, el movimiento de José y del senador Miguel Barreto, ha recibido contratos y posiciones de poder en la Alcaldía de Ibagué luego de armar estructura aparte de la Casa Barreto, del exgobernador y hoy senador Oscar Barreto.
El alcalde también podría estar impulsando a Oscar Berbeo y cañar con una supuesta pelea entre el mandatario y el exconcejal para que los electores muerdan el anzuelo y los medios afines al hurtadismo ayuden a difundir la falsa especie de la supuesta pelea entre ambos.
La estrategia de Andrés Hurtado sería que todos bajaran los brazos y apoyaran a una Johana Aranda quien saldría fortalecida con adhesiones políticas mediáticas, que serían tendencia de momento en la redes, pero que no sumarían votos físicos ni reales a la hora de las cifras y cálculos electorales.
La única adhesión real con la que contaría el hurtadismo, sería la del grupo de José Barreto y del senador Miguel Barreto. No hay que olvidar que el congresista logró la reelección en marzo, contra todo pronóstico, y obtuvo en Ibagué 10.957 votos, caudal que han sostenido y aumentado con el tiempo, porque siempre mantienen su presencia en los barrios y comunas, haya o no haya procesos electorales.
De hecho, hasta el propio José Barreto podría lanzar una candidatura independiente porque tiene estructura, su movimiento Firme por Ibagué ocupa curul en el Concejo, y así podría atraer otros apoyos porque es un líder dado a las comunidades y que todavía tiene arraigo y residencia en la vereda Cay del Cañón del Combeima.
El ejemplo podría replicarlo también la Casa Barreto que estaría empujando a candidatos como Jorge Bolívar, Linda Perdomo y Carlos Portela.
Sumando los otros aspirantes que se perfilan como Camilo Delgado, Marco Emilio Hincapié, Rubén Darío Correa, Andrés Sierra, César Picón, William Rosas, Ricardo Ferro, Renzo García, entre otros, habrá una verdadera atomización del voto en 2023 y no se sabrá con certeza quién podría llegar a ganar la Alcaldía de Ibagué.
«Divide y vencerás«, el proverbio latino que se aplica, se aplicó y se sigue aplicando a la hora de hacer cálculos electorales en la siempre movida, política ibaguereña.
*Este es un editorial del director de A la luz Pública.
