
«Se pudo determinar de acuerdo con el auto del juez, que el departamento giró a favor de la Universidad, en cumplimiento con estos fallos $5.621.832.945 millones. Se manifestaba por parte del juez que había un saldo pendiente de $1.785.330, el cual fue girado en el año 2012. De esta manera, no se le debe nada a la universidad con base a lo ordenado por la Ley 30 y la sentencia del juez, y que no bajo la ordenanza de 1962 como reclama la Universidad», dijo la secretaria.
Así mismo, la funcionaria se refirió a la deuda por $29 mil millones que el alma máter le adeuda a la Gobernación, producto de un bono de concurrencia que fue girado equívocamente desde el Gobierno nacional al claustro educativo.
«La Universidad jamás le ha pagado a sus pensionados, eso siempre lo ha asumido la Gobernación, la nación arrancó después de muchas reclamaciones a concurrir, pero en 1997 y 1999 hizo un giro de bonos de concurrencia a la Universidad del Tolima y no a la Gobernación quien es la que paga a los pensionados (…) ya ha habido pronunciamiento del Ministerio de Hacienda, y la administración del anterior gobernador Luis Carlos Delagado Peñón y desde el 17 de marzo estamos haciendo las acciones de cobro de esta obligación a la Universidad del Tolima».
Y continuó «Como la universidad no reconoce la deuda, nos toca acudir a un juez ordene el pago de la obligación» concluyó la Secretaria de Planeación departamental
De la misma manera, Olga Lucía Alfonso responsabilizó al rector y al Consejo Superior por el crecimiento exagerado de contrataciones, asegurando un clara burocratización de la institución.
“ha sido un incremento exorbitante, entre 2012 y 2014 el plantel docente aumentó en un 60 por ciento, el costo de nómina de trabajadores oficiales en más de 200 por ciento, y el costo de la nómina de personal administrativo en un 100 por ciento, docentes catedráticos en 80 por ciento, los contratos de trabajo en un 70 por ciento y las OPS que es lo más grave en más del 400 por ciento”. dijo Alfonso.
Finalmente, aseguró que la universidad ha perdido registros de calificación y la cantidad de estudiantes ha disminuido pasando de tener 40 mil alumnos a 22 mil en 2016, lo que los llevó también al ‘descalabro financiero’.
Los cierto es que muchos tolimenses, creen que éste cobro deshausaría a la universidad, generando por completo su muerte financiara.