A propósito de los propósitos para año nuevo

Arranco a escribir esta primera columna de opinión de 2025, deseándoles a todos mis lectores un bendecido recorrido por estos 365 días del año en curso. Es coherente para la mayoría de personas que finalizando una traslación terrestre, tengamos decenas de propósitos y deseos por cumplir en el giro venidero de nuestro planeta. Asimismo, que se cumplan o no, dependerá de qué tan conectado estén esos pensamientos con las acciones y no de la alineación de los cuerpos celestes, ni de la mente positiva (únicamente) y menos de los agüeros propios de fin de año.

Aclaro que no soy coaching, ni motivador. Así que mis amigos y conocidos charlatanes y vendedores de ilusiones que pululan por esta época, pueden estar tranquilos, porque no pienso como dicen coloquialmente: “metérmeles al rancho”. Todo lo contrario, antes creo que soy un desmotivador, porque soy de los que suelo aterrizar a algunas personas que creen que sentados viendo Netflix, todo el día les va a llegar la anhelada fortuna. Esos que sueñan con una vida completamente feliz (no existe) y que creen que el mundo les debe.

Trayendo a colación una plática con una estudiante, alguna vez esta me increpó por decirle que era perezosa (casi nunca presentaba trabajos). Me dijo que yo era de esas personas que minimizaba al otro y los trataba de incompetentes. Le dije que era todo lo contrario, que antes el incompetente era yo, que no había podido lograr que una persona con tantas capacidades, inteligencia y oportunidades, no supiera aprovechar su potencial. Le agregué, que  lo único que la separaba de los buenos estudiantes era la falta de esmero y dedicación. Lamentablemente, (reflexionaba en mi interior) que eso que parecía apenas un centavo para el peso, se convertía en un lingote por su sesgada y conflictiva manera de ser.

Leía en las redes sociales, cosas como: “espero que el año nuevo venga con grandes cambios”, “siento que el año 2025 me traerá fortuna y cosas buenas” “gracias este año y bienvenido 2025 espero que seas mejor”. Esperaría que todas esas frases fueran en sentido figurado, sin embargo, sabemos que no es así. En un país de supersticiones y en el cual primero se va a misa para luego trapear la sala con mata de ruda o donde se le ora a Dios, pero luego se mira con fe qué  dice el horóscopo; de seguro que se le apuesta a lo paranormal.

Sea Dios, la Virgen, los santos, los amuletos, los talismanes, los agüeros, la revelación del pastor de la Iglesia, todo menos poner de nuestra parte. Queremos que el 2025 sea diferente, cuando los que debemos ser diferentes somos nosotros mismos. Hace varios años vi una película llamada Todopoderoso, protagonizada por Jim Carrey, en la cual el actor Morgan Freeman, haciendo el papel de Yahvé, le decía a Bruce (Carrey) que él fuera el milagro. Agregó: “una madre soltera con dos empleos que puede llevar a su hijo al entrenamiento de fútbol es un milagro, un adolescente que dice no a las drogas y sí a la educación es otro milagro, ¿quieres ver un milagro, hijo? Sé tú el milagro”. 

Van las mías. He escuchado decir a personas que no tienen empleo, que trabajo no hay. Diría mejor, está difícil conseguir trabajo, pero claro que sí hay y lo mejor hay uno que de seguro debe estar esperando por ti. Si crees que te van a llamar de una buena compañía, mientras ves películas en Amazon, pueden haber las mismas probabilidades de que te ganes una rifa o la lotería. Quieres trabajo, cuéntale al mundo para qué eres bueno, sé consecuente y activa tus relaciones públicas. Si aún con eso y después de haber enviado cien hojas de vida, no consigues nada, busca alternativas de cómo ganarte la vida, por lo menos estando en movimiento mantendrás buena salud mental.

¿Quieres estar en forma pero no te gusta el ejercicio? Tengo malas noticias, a menos que tengas dinero, y vayas al quirófano; sin movimiento, esfuerzo y disciplina no llegará el milagro. Menos, si solo quieres comer chatarra (embutidos, cosas de paquete, bebidas azucaradas) y mucho peor,  si fumas, consumes alcohol de manera excesiva y te la pasas acostado todo el día.  Ese lujo se lo dan algunos adolescentes, pero los adultos lo pagamos muy caro con los años. Llénate de paciencia y empieza, nunca es tarde. Ante todo, hazlo por salud preventiva.

Quieres encontrar pareja o salir de una mala relación. Es posible que necesites antes que todo hacer una introspección de lo que eres y de lo que exiges. Nos han dicho que valemos mucho y es cierto, pero no valemos igual para todo el mundo. Hasta el propio Mozart, sería aburrido para alguien que no tenga oído musical y el mismo Shakespeare pasaría inadvertido en quien no aprecia ni gusta de su obra. Es por eso muy importante no pedirle peras al olmo.

Finalmente, no son los calzones amarillos los que te darán pareja, ni llenándose de lentejas los bolsillos vendrá el dinero y mucho menos viajarás mucho saliendo como un pendejo a darle la vuelta a la manzana con una maleta llena de ropa (hace más de 20 años lo hice y todavía siento pena). Puedes esperar a que te ganes el baloto, o conseguir un sugar daddy o la viejita pensionada, pero lo mejor es salir a buscar nuestros propósitos. La satisfacción de lograr las cosas por sí mismo, no la quita nadie.

¿Y Dios? Claro que está ahí y permanecerá para todo el que lo busque. Puede estar en la respuesta que le dio a José en sus momentos de angustia: “esfuérzate José” o en la dura respuesta a Job previo a la gran bendición que le esperaba después de tantas tribulaciones: “¿varón quién eres tú, para dudar de mi sabiduría?”. Entonces, independiente de si crees en Dios, en el Universo o en ti mismo, no queda otro remedio que ir por la bendición para 2025. De seguro que con la acción es más probable que llegue ¡Feliz año!

Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy.

Editor General.