José Elver Hernández
José Elver Hernández

‘Choco’ se destiñe

José Elver Hernández
José Elver Hernández

El futuro para José Elver Hernández luce poco promisorio. 

Todo por cuenta de las actuaciones del congresista del partido Conservador.

Por un lado, líderes de los municipios que lo ayudaron a elegir, no fueron invitados a la posesión de Hernández a la Cámara, lo que se consideró un desaire.

En vez de eso, solo un grupo de cercanos a Hernández Casas, se reunieron en la residencia de Cielo Gallo, al calor de finos licores y de una exquisita tabla de quesos, según refirieron fuentes cercanas a la Casa Conservadora.

Por otro, la foto que se tomó Choco con la supuesta Unidad por el Tolima, lo deja malparado con las bases y hace que se sienta un tufillo de incoherencia en el ambiente. Hernández aparece al mismo nivel o casi como si fuese el discípulo político de desgastados dirigentes locales como Emilio Martínez, Mauricio Jaramillo o el ‘renovado’ de Jorge Eduardo Casabianca.

Además de ello, en la foto, Hernández Casas posa junto a Alfredo Bocanegra y a Hernando Cárdenas, a quien acusó hace pocos meses de “traicionar al partido Conservador”.

Hasta los vendedores ambulantes de la Tercera y gentes del común, se duelen que Choco pasa por su lado, y no los saluda, contrario a lo que ocurrió a principios del año cuando buscaba que lo acompañaran con su voto, y les echaba el brazo por encima.

José Elver Hernández, llegó hace veinte años a Ibagué, proveniente de Murillo, en el norte tolimense, y sin cinco centavos en el bolsillo. El fallecido exsenador Gómez Gallo, lo puso a cuidar la Casa Conservadora, a cortar el césped, le dio la posibilidad de estudiar, y ahora, con el deceso del dirigente, se pensaba que Hernández capitanearía el barco azul, con una gestión de largo aliento.

Pero el Representante parece preso de las camarillas y de un triunvirato nefasto: Cielo Gallo, Rubén Darío Gómez Gallo, y Gonzalo García Angarita, este último condenado por la parapolítica y quien no ha aclarado con suficiencia su participación en la Masacre del Neme, en su natal Valle de San Juan.

Choco debe saber bien que las bases y el apoyo popular no están en los grandes salones ni en las chipas del momento. Su comportamiento y proceder le están restando antes que sumar. Quién sabe si en cuatro años vuelva a repetir los 23 mil votos que obtuvo el nueve de marzo.

El día en que celebraban la posesión de Hernández en la casa de Cielo Gallo, desde un quinto piso de un apartamento vecino cayó un gato negro que golpeó al diputado conservador Julián Gómez, dando por terminada la reunión. El animal murió, y todos los asistentes quedaron conmocionados y asustados. Ojalá este no sea un negro presagio para el futuro político de José Elver Hernández, quien ha mutado en un ser ahora irreconocible, como muchos otros políticos de la comarca.

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