A propósito de los propósitos para el 2023

Se avecina la segunda quincena del mes de diciembre y nos preparamos para recibir la Navidad y de paso despedir al 2022. Es muy común para muchas personas que pasada la Nochebuena empiecen a escribir los propósitos y deseos por cumplir en 2023. Son acciones necesarias, tanto el hacer el balance del año que concluye, como el de proyectarse para el que inicia.

Es evidente que aquellos propósitos y metas se harán realidad en la medida que los pensamientos y deseos estén conectados con acciones asertivas. No hay que dejar las cosas a la suerte, a la ubicación de los planetas y a la mente positiva únicamente. Menos a los calzones amarillos o a llenar los bolsillos de lentejas y decenas de agüeros más.

No soy motivador, ni hago parte de la lista de megalómanos que pululan por estos días enredando a las almas depresivas. Esos que son la reencarnación de los sofistas griegos y que viven pregonando felicidad con más melcochería que la canción del Bebito Fiu Fiu. Así que como no soy coaching, no les voy a dar la lista de las palabras que deben repetir frente al espejo.

Soy de los que pienso que las vidas perfectas en cuerpos y mentes imperfectas no existen. La vida con lo necesario y con una buena salud física y mental puede llegar a ser bella, pero nunca fácil. Si usted es de los que piensa que echado en su cama viendo Netflix todo el día le llegará la oportunidad de trabajo o adelgazará esos kilos de más; permítame dudarlo. Es en la acción que llegan las oportunidades y los grandes cambios.

Si usted pretende ser feliz pero envidia lo del prójimo en vez de ser motivación para salir adelante, tiene al lado un freno de mano. Si no ha perdonado a sus padres, a sus exparejas, a quien lo robó o le hizo daño, también está en deuda con usted mismo. El rencor es un veneno que usted se toma esperando que le haga efecto al verdugo. Es cierto que perdonar requiere tiempo, pero que no se le vaya la vida. Nadie olvida las faltas, pero usted avanza cuando recuerda sin dolor, ni odio en su corazón.

En la última semana decembrina es común leer frases como las siguientes: “Espero que el 2023 venga con grandes cambios”, “Siento que el año 2023 me traerá fortuna y cosas buenas” “Para el olvido este 2022 y bienvenido 2023 vamos con toda”. No está mal escribir este tipo de frases mientras las mismas vayan acompañadas de verdaderas acciones. Si todo se limita a pensar en cosas paranormales, esotéricas, entre otras; mientras se sienta a esperar el milagro, me atrevería a decir que el nuevo año será muy parecido al que concluye.

Colombia es un país de supersticiones en donde sus ciudadanos en su mayoría creyentes, salen de misa a trapear la casa con mata de Ruda. Se le ora a Dios o a la Virgen, pero, algunos luego están leyendo el Horóscopo o buscando quién les profetice sobre su futuro. Esto es un caldo de cultivo para: brujos, pastorcitos mentirosos y curanderos.

Si crees que te van a llamar de una buena compañía, mientras pierdes el tiempo en tu celular, pueda que tengas  las mismas probabilidades de que te ganes una rifa o la lotería. ¿Quieres estar en forma pero no te gusta el ejercicio? Tengo malas noticias,  sin movimiento, esfuerzo y disciplina no llegará el milagro. Así ahorres para una cirugía, el cuerpo tarde o temprano volverá a su estado natural.

Quieres encontrar pareja o salir de una mala relación. Es posible que necesites antes que todo hacer una introspección de lo que eres y de lo que exiges. Nos han dicho que valemos mucho y es cierto, pero no valemos igual para todo el mundo. Hasta el propio Mozart, sería aburrido para alguien que no tenga oído musical y el mismo Shakespeare pasaría inadvertido en quien no aprecia ni gusta de su obra. Es por eso muy importante no pedirle peras al Olmo.

¿Y Dios? Dirán algunos. Claro que está ahí y permanecerá para todo el que lo busca. Puede estar en la respuesta que le dio a José en sus momentos de angustia: “Esfuérzate José” o en la dura respuesta a Job previo a la gran bendición que le esperaba después de tantas tribulaciones: “¿Varón quién eres tú, para dudar de mi sabiduría?”. Entonces, independiente de si crees en Dios, en el Universo o en ti mismo, no queda otro remedio que ir por la bendición para 2023. De seguro que con la acción es más probable que llegue. Les deseo de todo corazón un: ¡Feliz 2023!

Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy.