Consejos para solicitar un préstamo si se está desempleado

El desempleo es la realidad de cada día para muchas personas. Aunque las entidades competentes hacen el esfuerzo debido para bajar las tasas de paro, la realidad es que mucha gente puede estar pasando por la desafortunada situación de no tener un trabajo, de no estar llevando el sustento a casa.

La situación es agobiante, pero, sobre todo, si se tiene en cuenta que la vida no se detiene a esperar que la persona pueda volver a trabajar. Eso se traduce en la necesidad de seguir pagando los servicios, el alojamiento, los gastos de alimentación, de salud, académicos de los niños y afrontar situaciones o imprevistos que siempre ocurren. Si para algunas personas con trabajo hacer todo aquello representa un esfuerzo enorme, para una persona desempleada lo es más. La financiación pudiera ser una alternativa válida.

Hay posibilidades de financiación para personas desempleadas

Sucede, sin embargo, que al no tener un empleo no se están generando ingresos constantes que pudieran servir como una garantía para las instituciones bancarias de que se les va a pagar. Eso limita las alternativas, pero lo cierto es que sí las hay, ya que existen empresas especializadas en servicios de préstamos a desempleados, y son este tipo de préstamos los que se deberían buscar, ya que cuentan con algunas particularidades que los hacen tremendamente competitivos para las personas que los necesitan:

• Otros ingresos: recibir beneficios o prestaciones por desempleo, recibir ingresos por inversiones, pensiones, por negocios propios -o comercio informal, por ejemplo- y hasta tener el apoyo de un familiar directo que ocupe lugar como responsable de la deuda, puede ser suficiente para tener garantías de aprobación.
• Préstamos en línea: la alternativa más común es buscar préstamos en línea que estén directamente pensados para personas desempleadas. Sus principales características serán importes más bajos -eso sí, suficientes como para solventar gastos de un mes o más-, tasas de interés ligeramente inferiores -de acuerdo a la condición de cada persona- y plazos competitivos.

No obstante, aunque existen las herramientas, también es necesario disponer de información para aprovechar cada uno de estos mecanismos de financiación, más que nada por la situación vulnerable -desde lo financiero- que puede ser el hecho de estar sin trabajo durante un tiempo.

Recomendaciones para utilizar adecuadamente el préstamo

• Presupuestar todos los gastos: al estar desempleado, aunque cueste, lo ideal es tener un presupuesto claro de todos los gastos del mes, de la quincena o de la semana. Y a partir de ahí, ceñirse a ese plan, limitarlo tanto como se pueda -sin perder lo esencial de la calidad de vida-, porque así será más fácil saber cuánto dinero es necesario para afrontar la vida diaria mientras se busca el trabajo.
• Uso responsable: pedir un préstamo estando desempleado significa, literalmente, haber comprado unos meses de tiempo para buscar un empleo. No se debería utilizar nunca el dinero en situaciones que pudieran poner en riesgo el capital -como inversiones- ni tampoco es recomendable utilizarlo para pagar una deuda ya existente -como la tarjeta de crédito- a no ser que ya se haya convertido en otro problema.

Lo ideal es que se consiga el trabajo lo antes posible. Para muchas personas, tener un préstamo estando desempleadas es una posibilidad de poder pagar una formación específica que les brinde mayor salida laboral o incluso garantías de ser contratado apenas se termine dicha formación.

Para otras, incluso con el bajo importe, puede ser una solución para iniciar un negocio desde casa que les permita depender en menor medida del empleo. Sin embargo, una de las principales ventajas de este tipo de préstamos en línea es que tienen una libre utilización de los fondos, por lo que será la propia persona, de acuerdo a sus necesidades, la que decidirá cómo y cuándo utilizar el dinero.

Resulta conveniente, al final, saber estimar los gastos mensuales y solicitar un préstamo que vaya de acuerdo con esa realidad. Solicitar menos será contraproducente, pero solicitar más de lo que se necesita o de lo que se podrá pagar, también.