carreteable la caima destrozado
Imagen: suministrada.

El tiempo de la minga (en el carreteable a la escuela La Caima de Alvarado, Tolima, ¡está cerca!

Parece increíble pero cierto. En la tierra en donde hace muchos años supuestamente una profesora se encontró con una huaca en la mismísima escuela y le comenzaron a pasar cosas raras estaría un milagro a punto de cuajar.

Si, en la tierra que es de por si una novela, un cuento y en donde apenas se sabe que hubo un grupo indígena de nombre Los Caimas, parceros y familiares de Los Panches, allí mismo, en una fecha próxima, con la voluntad del de arriba, se llevara a cabo una minga para rescatar la apabullada cuasi-trocha que va desde el cruce de la quebrada donde según se dice, se bañaba la Cacica Caima hasta la escuela que lleva el nombre de esta vereda.

La fecha esta próxima a definirse, lo mas probable es que la minga florezca durante este mes del amor y la amistad, esto en un sitio que, desde que se llega a él, se percibe como esa sensación que lo embarga a uno cuando cruza la línea de nuestro querido Tolima y llega al eje cafetero: es decir, se siente uno como en otra dimensión, en otro universo. En la vía a La Caima y en la Caima misma, se topa con zorros hasta osos hormigueros y varias especies de aves, insectos maravillosos y campesinos con miles de historias que no merecen que se vayan con ellos cuando dejen esta tierra. Lo anterior, sin mencionar la que parece ser que no es leyenda y que consiste en que en un paraje alejado de la vereda habría una especie de pantera negra de enorme tamaño.

En fin, sea este artículo con cara de súplica, un llamado a personas, entidades, líderes locales departamentales y nacionales, ong’s, y gente de buena voluntad pertenecientes al mundo de los anónimos para que, por favor, se contacten con miembros de la JAC -se me ocurre de sopetón esta idea- por favor, por favor, nos colaboren con el fin de que la realización de la minga no sea un producto más de un momento de efervescencia y calor y por el contrario: cobre vida. Valga la pena decir que hay muy pocas manos para camellar en la vereda por lo cual cualquier tipo de apoyo, será muy valioso y bien recibido. Considero importante mencionar que, por el muy deteriorado carreteable a la escuela La Caima no solo cruzan a diario los chicos cargados de ilusiones y de sueños, sino también el aguacate más sano y delicioso de cuantos puedan existir, algo de fruta, cacao, café y café entre otros.

Lo cierto es que, de seguro que gracias a las oraciones de quienes saben lo que es transitar a diario por tan pésima vía, muchos seguimos con vida, quitándoles algo de su valioso tiempo a ustedes con estas letras y vociferando al cielo diciéndole : ¡Sí se puede, si es posible salvarle la vida, resucitar, a la carretera que conduce a la escuela La Caima de Alvarado, Tolima!

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