Democracia
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Es mejor el hastío de la política, que vivir en una dictadura (no lo dude)

¿Es usted es de los que está  harto de las propagandas políticas?  ¿Es de los que aduce no soportar la contaminación visual de cientos de candidatos en las redes sociales?

Es cierto que por esta temporada pululan este tipo de informaciones, no obstante, haga una reflexión y piense en que todo esto indica que usted vive en una democracia y no en una dictadura. Gracias a la Constitución del 91 Colombia cuenta con una democracia participativa y eso le otorga a usted el poder de elegir o postularse para ser elegido. Hay muchos países que no tienen esa fortuna.

Seguramente si usted viviera en una dictadura, no tendría ni amigos, ni vecinos, ni familiares buscando llegar al Concejo o a la Asamblea por ejemplo.  Su vida se limitaría a hacer caso de los que la autoridad estableciera so pena de terminar en una cárcel o muerto en el peor de los casos si es que decide rebelarse ante la tiranía.

Es claro que  hay democracias más desarrolladas que la nuestra. También, es una verdad que Colombia es un país violento pero, eso no es culpa de su sistema político sino de quienes lo han administrado. La inequidad es causa de pobreza y esta última engendra violencia.

En las sociedades democráticas más desarrolladas hay mejor: educación, mejor salud y un sistema judicial más fuerte. En efecto, la política no es el problema, la verdadera amenaza está en quienes ejercen y se ganan los cargos públicos. En síntesis los politiqueros que buscan mordisquear el erario para enriquecerse. Súmele, las mañas que tenemos como sociedad y que están enquistadas por todos lados.

Si no está conforme con quienes ostentan el poder, debería de comprender que si esa indeseada persona llegó a ser elegido, es porque tuvo un gran número de votantes.  Usted puede ser culpable por acción o por omisión.  Si votó por ese candidato debe asumir su responsabilidad y mirar qué lo llevó a depositar su confianza en él. Si ni siquiera participó en las elecciones debería de abstenerse de opinar cuando su indiferencia le permite a ese tipo de personas llegar al poder más fácil.

Por lo menos, quien se arriesga a participar en un proceso electoral (sea como candidato o como elector) tiene el mérito de intentar poner su grano de arena por mejorar las muchas problemáticas sociales. Si es un mentiroso el postulado, debe ser en las urnas en donde se le castigue y se le  demuestre el rechazo social.

También existen mecanismos de participación ciudadana establecidos en el artículo 103 de la Constitución Política. Son reglamentados inicialmente por la Ley 134 de 1994, y mediante la Ley 1757 de 2015 fueron complementados y modificados. Hay maneras de hacerse sentir como sociedad.

En lo que no debería caer amigo lector, es en la toxicidad de algunas personas que como decían las abuelas «Ni rajan ni prestan el hacha». Esos seres que critican todo, nada les sirve, no proponen nada y su único objetivo es ver el mundo arder. Esos son un fastidio para el alma. Aléjese de esas personas mientras pueda.

Si no le convence nadie después de mirar las propuestas de los candidatos y no su cara, o las dádivas que pueda recibir de ellos; entonces, vote en blanco.  Valore la democracia que tiene Colombia que aunque defectuosa,  costó mucha sangre en el pasado.

Por último, recuerde que los candidatos son un segmento poblacional que representa la materia prima nuestra, lo que nos gusta y lo que somos como mayoría. No podemos pedirle peras al olmo. Hay que buscar lo mejor o lo menos peor,  para seguir intentando mejorar.

Le oye uno decir a las personas cosas como: «es que son los mismos con las mismas». Pero son muy pocos los que se atreven a ser: “los nuevos con las nuevas”. Debemos ser coherentes como sociedad.

Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy

Editor General.

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