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Está cantada la quinta reelección del congresista tolimense.
En diciembre el partido de la U inscribió su lista de candidatos a la Cámara de Representantes en Tolima para las elecciones de marzo. Junto al Representante Jaime Yepes estarán: Diana Gaitán, excandidata a la Alcaldía de Ibagué y exgerente de la USI; Ernesto Cuero, exalcalde de Coello; entre otros.
De estos, algunos nombres conocidos en Ibagué y en la región tolimense. Sin duda tendrán el reto de llegar al electorado con propuestas y realizaciones tangibles.
Algunos, como Diana Gaitán comienzan a evidenciar la falta de coherencia y de principios en la actividad política, trasteándose de partido en partido, al vaivén de las conveniencias que trae cada proceso electoral. Hay que recordar que Gaitán fue candidata a la Alcaldía de Ibagué en 2019, con aval del movimiento Colombia Justa Libres, quedando rezagada en el séptimo lugar con una votación paupérrima y hasta ridícula.
Nos atrevemos a cantar desde ya la quinta reelección de Jaime Yepes, quien convida a otros cinco ciudadanos a hacerle umbral a la lista que él empuja con una votación adobada por la politiquería y el manzanillismo más ramplón y descarado. Si cabe la metáfora, es como el tiburón que está listo para devorar a las pequeñas sardinas.
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Yepes, con varios alcaldes en su bolsillo, la dirección del Bienestar Familiar, con cuotas en la Alcaldía de Ibagué, en la Gobernación del Tolima, cuatro concejales de la capital que le ayudan, dinero y contratos a granel, es un viejo zorro de la política que sin hacer aspavientos, callado, sabe dónde poner los huevos a la hora de cosechar en los procesos electorales.
Además, al ser el jefe y coordinador del Partido de la U en el Tolima, tiene un poder más absoluto en la concesión de avales para los comicios, no solo de 2022, sino los regionales de 2023, donde se eligen autoridades locales.
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En 2014, por ejemplo, fue uno de los congresistas más votados de la región, con 30.296 votos. Eran las épocas del gobierno Santos y de los famosos “cupos indicativos” para los congresistas en las regiones, mal llamados “mermelada” para engrasar la maquinaria y la clientela. En 2018 redujo sus guarismos, con 22.231 sufragios, pero aún así se quedó con la credencial.
Pero en la región no importa que los votos se obtengan con prebendas, con dinero a raudales circulando los días previos a las elecciones, el mismo día. O que los electores salgan a votar seducidos por el TLC (Tejas, Lechona y Cemento) que se entregan a la vista y con la complacencia de las autoridades electorales y judiciales.
Tampoco le importó a nadie que Jaime Yepes mintiera en su hoja de vida oficial, diciendo que era abogado, cuando a duras penas cursó estudios de bachiller. Es por esto que su reelección está más que cantada y anticipada. Más de lo mismo en la política nacional y regional.
*Este es un editorial del director de A la luz Pública.
