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Un hombre en Tuluá , Valle, guarda la pieza como un tesoro familiar ‘El Vitral del Maestro’, la bella pintura plasmada y firmada por Darío Jiménez en Ibagué, el primero de enero de 1964, como se puede apreciar de manera auténtica en el reverso de la obra de arte.
Jiménez, desconocido desafortunadamente por las nuevas generaciones, ha sido uno de los mejores pintores de la técnica expresionista que ha tenido Colombia, tanto así que su fama se hizo célebre en los años 40s en México, donde su talento innato fue ovacionado.
Nacido en Ibagué en 1920, se destacó por dibujar facetas humanoides con impresionante línea gruesa, tanto así que en 1988 el Banco de la República adquirió la mayoría de sus colecciones, las cuales son custodiadas con celo al lado de trabajos artísticos del mismo Fernando Botero o de Luis Caballero.
El señor Juan Pablo Pachón está abierto a escuchar ofertas, para quienes son admiradores del arte tolimense, y deseen adquirir la pintura, comunicándose al móvil 311 7277808.
Darío Jiménez murió en Ibagué en el año 1981, sin haber recibido la admiración de un pueblo que no tiene tradiciones culturales, a juicio de muchos. El Tolima ha dado excelsos pintores como Jesús Niño Botía, Darío Ortiz, Mario Lafont y Jesús Hernández.
En los últimos meses de vida del maestro fue asistido por el fallecido mecenas de la cultura ibaguereña Alberto Suárez Casas, quien adquiría las obras para evitar que el artista las canjeara en la vida licenciosa y de desenfreno, que según fuentes, el pintor tenía por costumbre a fin de paliar la soledad y los silencios creativos.
