La hinchada tolimense está triste porque se le complicaron las cosas al Vinotinto y Oro para llegar a la final. Algunos culpan a las casas de apuestas, a los árbitros, a la mafia que existió, existe y existirá detrás del deporte, pero olvidan la razón verdadera. El equipo tenía que sumar en Ibagué y no lo hizo.
Así como se ha venido alabando el trabajo del técnico David González, y la entrega de los jugadores, esta vez hay que decir que se equivocaron. No por falta de amor, ni de manera intencional; simplemente por no descifrar el libreto que le propuso Águilas de Rionegro.
Es cierto, que Los Pijaos querían seguir ganando y por eso atacaron de manera desordenada y con pelotazos al área, que terminaron haciendo figuras a los centrales del equipo visitante. Sin embargo, ante el sistema sólido defensivo que trajeron los de Rionegro a Ibagué, no se podía descuidar, ni dejar tan abierto al conjunto local, lo que permitió el gol que complica la clasificación a la final.
Si el Deportes Tolima hubiera empatado con Águilas, el Júnior de Barranquilla estaba obligado a golearlo por más de 5-0. No obstante, con los resultados de ayer, el conjunto Tiburón está obligado a ganar pero, con el 1-0 será suficiente.
Se viene una final, porque nada está definido y al Vinotinto y Oro, le sirve el empate en Barranquilla. Es claro que ambos equipos son ambiciosos y de seguro habrá un ganador en el Metropolitano. Ojalá sea el Deportes Tolima.