Sí, lo sé, últimamente las cosas que escribo tienen una relación con el coronavirus y, bueno, debo decir que resulta algo complicado escribir sobre otra cosa que no sea la manera cómo esto, nos está afectando y nos está llevando, incluso, a un retroceso que, en lo personal, me preocupa.
Me preocupa porque desde que comenzó toda esta película, como la llamo y como la llaman muchos, apocalíptica, las malas mañas como seres humanos han quedo al descubierto.
Como para que me entiendan, todo este rollo del Covid-19 con sus mil y un variantes, las que han salido y las que faltan por salir, se parecen mucho a lo que pasó en Colombia cuando se creía que el narcotráfico y la guerrilla eran los males del país, pero, que cuando estos perdieron fuerza, pues quedó al descubierto que el problema real siempre ha sido el gobierno corrupto que hemos tenido.
Lo lamentable de todo esto es que, aunque el asunto de la corrupción es más que claro, los colombianos siguen tapando el sol con un dedo y defienden a capa y espada a sus corruptos.
Pues bien, con el Covid-19 está pasando exactamente lo mismo. Todos los pecados e ignorancia habida y por haber del ser humano ha salido a flote y nos seguimos haciendo los pendejos.
Por esta razón, debo decir que hay virus de virus. Sí, el Covid ha sido cosa seria, ha cobrado vidas, pero, el virus de la indiferencia, del comer callados frente a la injusticia, el apoyar la corrupción en las cosas más mínimas como colarse en la fila o dejar de pagar algún artículo en el supermercado, son más fuertes.
El virus del consumo desmedido, el de no compartir y preferir tirar a la basura, es peor. El virus del maltrato físico y psicológico, el virus de los padres presentes ausentes, del hambre, de la violencia y la guerra, es más vil que cualquier variante de esas que ahora son tan famosas y que se han tomado las redes hoy en día.
Hay virus de virus, virus a los que no les hacen tanta propaganda, pero, que son tan nefastos como la “pandemia”. La prostitución, el consumo de alcohol, las drogas y la adicción farmacéutica auspiciada por los mismos gobiernos.
Virus como la delincuencia, la falta de oportunidades, el irrespeto, el llevarse al otro por delante, la mala educación, los problemas mentales, el suicidio, el educar en el odio, el dejar de lado la educación emocional; el virus los hogares destruidos, de los hijos maltratados, el maltrato animal, la contaminación, el calentamiento global y cientos de cosas más que, en definitiva y aunque no tengan un sello científico que las avale como pandemia, virus o lo que sea, son, sin lugar a dudas, el daño más letal fomentado por la llamada humanidad.
En resumidas cuentas y, como ya lo dije antes, de esto nadie quiere hablar porque es más fácil callar, compartir en una red social, dárselas de buena persona detrás de la pantalla o entrar en la moda del pánico por conveniencia. Es más fácil ser un buen hipócrita y dudo mucho que eso vaya a cambiar.
Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.