Los mismos de siempre no permiten el cambio.
Caras nuevas y otras conocidas integran la lista al Concejo de Ibagué en el Polo Democrático Alternativo.
Gente decente, que quiere generar el cambio y las transformaciones, se estrella con la talanquera del cacicazgo, los grupúsculos, y el ansia de perpetuarse de los mismos de toda la vida.
Caso uno: el actual concejal Jairo Villanueva, quiere reelegirse bajo la premisa de su escaso trabajo de control político al ejecutivo, y la poca concreción de proyectos o realidades hacia las comunidades que tanto lo necesitan.
Caso dos: el abogado Enrique Arango aspira por enésima ocasión al Concejo, con serias dudas sobre su catadura moral y mucho menos su proceder profesional. Para rematar la confusión ideológica, es el padre de Emmanuel Arango, el candidato a la Alcaldía del Centro Democrático.
Caso tres: Héctor Orlando Zambrano. El sexagenario dirigente de izquierda busca cupo al Concejo de Ibagué. Pesa a su favor el hecho de que es un líder que se ha mantenido fiel al Polo y no ha migrado hacia otras vertientes al vaivén de las conveniencias.
En contra de Zambrano está su edad, el desgaste propio de manejar la colectividad en el Tolima sin que se vea un crecimiento electoral evidente en cada proceso donde cada vez se pierde más espacio frente a otras propuestas y liderazgos más frescos.
Los mismos negocios particulares y aficiones de Orlando Zambrano le hacen mella en su coherencia como dirigente de izquierda: injerencia en el sector salud para mantener un flujo constante de caja; lidia de toros y riñas de gallos en cuerdas de Tolima y el resto del país para distraerse de los estresantes avatares de la actividad política, aficiones que no solo son aborrecibles y abominables, sino costosas en grado sumo.
Como si fuera poco, es de todos conocido que en el departamento, el Polo cayó en la perversa práctica de acuerdos y adhesiones basado en la contraprestación de contratos y negociados con los gobiernos que tanto criticaban en el pasado.
Así las cosas quizá el Polo no desaparezca en estas elecciones pero es seguro que mantendrá su escasa representación, algunas curules aquí y allá, quedándose en la micro gerencia, en la minucia politiquera, algo que no permitirá el cambio y la renovación de las propuestas en una región que lo pide a gritos y que no sabe cuándo llegarán líderes y dirigentes de inmensa valía y coherencia.