En menos de un mes el país del tío Samuel protagoniza dos de sus acostumbradas y penosas escenas de horror que superan, sin lugar a dudas, la ficción que vemos en Hollywood. Se trata de la masacre de Búfalo (Buffalo) en donde un hombre entró a un supermercado y disparó sin reparos a las personas de color que iba encontrando en su camino y en una escuela de primaria en Texas donde otro hombre acabó con la vida de por lo menos 19 personas, la mayoría niños.
En ambos casos se trata de tiradores jóvenes, casi unos adolescentes. Entonces, la consternación no puede ser mayor. Sin embargo, la historia de estas masacres es tan repetitiva por esas tierras que casi se puede decir que no es “raro” que algo así suceda, aunque raro y horrible sí es; además, podría decir, sin temor a equivocarme, que es toda una enfermedad.
No obstante, y como suele suceder con las familias ricas, todo se tapa con dinero cuando se debería revisar a profundidad qué es lo que está sucediendo en la cabeza de una población que tiene la guerra metida en el inconsciente y hasta en los huesos o en una población que argumenta ser paz y amor cuando de eso nada.
Entonces, debo decir que América del norte es un lugar de cientos de personas enfermas muy enfermas que gozan de una calidad de vida de mentiras o al menos las estadísticas y las maravillas que se muestran no son tan ciertas; ahora, no es que en el resto del mundo no sucedan cosas por ese estilo, no; sin embargo, la eterna apariencia que hay en las tierras del dólar no deja ver con claridad que la problemática de salud mental es grande.
Las masacres, los suicidios, la depresión, la agresividad, la dependencia a sustancias, los desórdenes alimenticios, la inestabilidad emocional de grandes y chicos y muchos males más, son propias de los países del norte y esto genera un problema de salud que los gobiernos tienden a esconder con ayudas y más ayudas para que las personas vivan en una autentica burbuja en donde parece que no ocurre nada cuando en realidad está ocurriendo de todo.
Por supuesto, al ser estas tierras la casa de los Rambos, los comandos, los francotiradores que van a defender a su país de ataques terroristas auspiciados por su propio gobierno, la casa incluso de los mismos superhéroes como Superman, el Hombre Araña y cientos más, pues es más fácil justificar que tienen todo el derecho de matar e invadir a quien se les dé la gana.
Como sea, la realidad es que el norte está lleno de American Psychopaths que se levantan un lunes en la mañana, aburridos, y no encuentran otra cosa más que salir a matar a quien quieran porque saben que tarde o temprano serán los protagonistas de algún film y lo que es peor, que su legado no se perderá así como así ya que aquí, en el norte, en la tierra del tío Samuel y en el paraíso, la demencia abunda y nadie la va a parar; de lo contrario la economía se vería afectada y ya nadie va a querer entrar cuando descubran la verdad.
Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.