
Verdad, leyenda o realidad, 30 años después se sigue hablando de un supuesto aterrizaje alienígena en la ciudad.
La historia, deformada por el paso del tiempo y con algunas añadiduras u omisiones, es como sigue: a plena luz del día una nave enorme, aterriza en el cerro de Pan de Azúcar de Ibagué. Es de color plateado brillante. Emite una especie de radiación que irrita la vista y quema los pastos circundantes. Tres tripulantes descienden del artefacto, y se les observa con estatura superior a los dos metros. Visten trajes metálicos, que asemejan a la indumentaria de un astronauta. Luego, desaparecen.
Habitantes de Ibagué, siguen hablando de ese episodio pese al tiempo transcurrido, y la incredulidad de algunos. Uno de ellos, Roberto Amórtegui, quien reside en el barrio Clarita Botero, atestigua haber visto al aparato: “ese día la gente corrió a subir al cerro, y se formó una cola, una romería de personas, como cuando en Semana Santa hay peregrinación. Desde mi casa vi la nave y emitía luces y como un pulso, como si latiera, pero eran impulsos de energía. No podía uno verla por mucho tiempo”.
“En ese cerro siempre se han visto luces extrañas. Hace poco, en un apagón que hubo en esta parte de la ciudad, yo vi algo como esférico que ascendió por detrás del cerro, a una velocidad considerable y con una luz que se encendía y apagaba, desapareció en el cielo, sin hacer ruido”, añade Amórtegui.
Otro testigo de la supuesta venida de seres de otro mundo a Ibagué, es el sicólogo Fernando Sánchez Baquero, quien como estudioso de las patologías de la mente sabe diferenciar muy bien entre alucinaciones o fenómenos de histeria colectiva. Sánchez, reside en el Centro de Ibagué, en los apartamentos del Centro Comercial Combeima: “estaba almorzando con mi mamá, cuando mi papá dijo ‘mire un ovni en el cerro de Pan de Azúcar’. Entonces, salimos a mirar por la ventana, y había un objeto posado sobre el pasto, de forma ovalada. Era de color plata incandescente, y muy grande. Yo fui y traje unos binoculares, y eso era como mirar el sol, quemaba los ojos. Por el resplandor, me empezaron a lagrimear los ojos«.
Sánchez dice que cuando comenzó la romería de gente al cerro, la nave y sus ocupantes desaparecieron: “pusimos una emisora, y el periodista que había subido hasta allá, decía en ese momento que el pasto estaba quemado, y que los seres que se habían visto, eran inmensos, como de tres metros”.
Para creyentes del fenómeno ovni los alienígenas siguen rondando por la capital tolimense. La imagen (abajo), fue tomada desde el piso 11 de la Gobernación del Tolima, en una mañana soleada en julio de 2013, donde no se veían naves, aviones, o helicópteros en el cielo. Cuando la persona que tomó la fotografía, revisó la imagen, notó que un objeto se apreciaba en el centro de la misma, pero que no había sido detectado al momento de obturar la cámara. Se puede ver un objeto en forma de trompo, si se amplía la imagen. En el mundo son famosos casos como estos, donde este tipo de artefactos se desplazan a velocidades que no capta el ojo humano, pero que sí quedan registrados por causalidad en fotos o videos.

En estos tiempos modernos, quizá algunas luces que se ven en el firmamento, pueden atribuirse a planetas, satélites, fenómenos siderales, o incluso aviones no tripulados (drones), y descartarse como naves extraterrestres, según la ciencia y la lógica deductiva.
La duda continúa y valdría preguntarse qué fue lo que en realidad vieron los ibaguereños un medio día cualquiera de hace treinta años.