Alianza política en Tolima
Editorial- Foto "Alianza por el Tolima"

El eje del mal

Alianza política en Tolima

Políticos que se han enriquecido a costa del Tolima, y quieren seguir perpetuándose. 

Acabaron Electrolima, dejaron la Fábrica de Licores arruinada, tienen copadas alcaldías, Gobernación del Tolima, Concejos, Asambleas, Cámaras de Comercio, Comfenalco, Comfatolima, Sena, Bienestar Familiar, Fondo del Ahorro, Defensoría del Pueblo, y van por más.

Son los culpables de haber desangrado como vampiros el hospital Federico Lleras Acosta.

¿Cuándo se llenarán? En esta imagen están los responsables y faltan otros más, que ya se preparan para lanzarse.

Allí aparecen: el médico y excandidato a la Cámara, Jorge Eduardo Casabianca; el exsenador liberal Guillermo Santos Marín; el representante a la Cámara por el conservatismo José Elver Hernández; el exsenador Mauricio Jaramillo; el abogado Rubén Darío Gómez Gallo, hermano del fallecido exsenador Gómez Gallo; el representante del partido de la U Jaime Armando Yepes; el representante liberal Ángel María Gaitán; el exrepresentante Alfredo Bocanegra; el exrepresentante Hernando Cárdenas; y Emilio Martínez, coordinador del movimiento Cambio Radical en el Tolima.

¿Quiénes faltan? 

El senador Hernán Andrade, saca diez mil votos en el Tolima, y viene cada cuatro años. Tiene cuotas en el Consejo de la Judicatura, como la magistrada Ángela Stella Duarte.  Le ayudan en la región los hermanos Mora Quintero, Orlando, y Pedro, este último concejal de Ibagué. Orlando Mora estuvo seis años prófugo de la justicia.

Pompilio Avendaño, oriundo de Entrerríos, Antioquia, quiere ser alcalde de Ibagué, moviendo la chequera de sus inagotables recursos. En el gremio textilero es responsable de la debacle de emprendimientos que naufragaron como la feria Moda Trópico, que tuvo exitosas ediciones. Casi acaba con Comfenalco cuando mandaba allí, hasta el punto de forzar la intervención de la caja de compensación.

Guillermo Alfonso Jaramillo. El candidato a la alcaldía de Ibagué que representa todo menos la renovación. Denuncia a pícaros y corrupciones de todos, pero no mira en su propio patio. O cómo creen que armó la lista de Progresistas a la Cámara en Tolima: con excontratistas del Distrito de Bogotá. Ejemplos patéticos: Jairo Acosta, y Freddy Pérez. En Bogotá, estaban pelechando decenas de tolimenses, pero los han ido sacando, como al abogado Gonzalo Parra, que se ganaba 18 millones por mes sin hacer gran cosa. Aún se sostiene Hugo Ernesto Zárrate. ¿Eso no es mermelada?

Jaramillo, tampoco ve las maniobras de su hermano Mauricio Jaramillo, a quien nunca ataca. Antes le da cuotas y manejo burocrático cuando ha estado en el poder, como en la Gobernación del Tolima, o en las secretarías que tuvo en Bogotá.

En la repartija burocrática del segundo mandato de Santos, Guillermo Alfonso Jaramillo aspiraba a ser Ministro de Salud. Como no le dieron juego, busca premio de consolación en la alcaldía de Ibagué cañando con la bandera moralista.

De esta pléyade de personajes, y de otros más que se nos quedan por fuera, está compuesto el eje del mal del Tolima. No es el mismo que graduó George W. Bush, pero quizá pueda conducir a la región a una de las peores debacles de toda su historia.

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