Gabriel
Imagen: El País de Cali.

Padre que mató a su hijo murió tras consumir 400 pastillas, en la cárcel de Picaleña

Una ingesta excesiva de medicamentos acabó con la vida de Gabriel Enrique González, quien pagaba condena de 45 años de cárcel al ser hallado responsable de la muerte de su hijo de cinco años ocurrida el cuatro de octubre del año pasado en un hotel de la zona urbana del municipio de Melgar, Tolima.

En esa oportunidad el menor fue llevado por su padre al hotel donde lo asfixió con una almohada y así lo confesó ante las autoridades que lo capturaron en Melgar un día después de los hechos dolorosos.

González, 50 años, presentó el fin de semana anterior dificultades de salud y fue atendido en sanidad de la cárcel Picaleña, de Ibagué, donde pagaba la condena en uno de los patios.

Alejandro Durán, vocero del Inpec, afirmó que “el privado de la libertad ingirió una dosis alta de medicamentos que le produjeron afectaciones en su salud”.

Su deceso por intoxicación y paro cardiorespiratorio fue confirmado este martes por Luis Eduardo González, gerente del Hospital Federico Lleras, de Ibagué, quien señaló que el paciente ingresó a urgencias en la noche del 27 de marzo.

“Ingresó en malas condiciones de salud tras consumir unas 400 pastillas para control de presión arterial alta e insuficiencia cardiaca, así como antidepresivos y otros medicamentos”, aseguró el gerente.

“Fue intubado y permaneció en Unidad de Cuidados Intensivos”, dijo.

El cuerpo sin vida permanece en la morgue del Hospital y se espera que sus familiares lo trasladen a Bogotá para darle sepultura.

El año pasado González asfixió a su hijo, Gabriel Esteban, con una almohada por una supuesta venganza porque su madre decidió acabar con la relación sentimental que sostuvieron durante seis años cuando residían en Bogotá.

Después de asesinar a su hijo pasó tres horas junto al cuerpo dando vueltas en la habitación del hotel que escogió para el crimen y también señaló que, “cuando lo asfixié, fui al baño para ahorcarme, así que me tomé 40 pastillas que llevaba en un frasco, pero no pasó nada”.

También dijo en esa oportunidad que “ahora mismo no siento nada, tampoco sentí nada cuando murió mi mamá ni cuando murió mi papá”.

Incluso en un video que dejó grabado, González decía que iba a matar al niño y luego se suicidaría.

Finalmente, un juzgado lo halló responsable del asesinato de su hijo y lo condenó a 45 años de cárcel.

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