
Crónica sobre el drama de los inmigrantes en Estados Unidos.
Cuando era pequeña tenía una pesadilla recurrente, estaba con mi hermano pequeño, alguien lo tomaba y se lo llevaba lejos de mí, en el sueño yo gritaba, lo intentaba con todas mis fuerzas, pero no salía un solo sonido de mí, lloraba y nadie me escuchaba, despertar de ese sueño siempre fue un alivio… porque yo podía despertar y abrazar a mi hermano, nadie se lo había llevado, yo no tenía que gritar.
Esta niña es la imagen de lo que viven cientos de niños de inmigrantes, una cara que nos trae de la imaginación a la realidad, todas las noticias que ponen kilómetros entre su sufrimiento y nuestro día a día; una forma conmovedora de despertar.
Veo videos como este y puedo sentir la impotencia de esos niños, ellos gritan, se lamentan por sus pérdidas ante los ojos del mundo, todos vemos en silencio, sin reacción, como si no hubiese sonido, como si no entendiéramos el lenguaje de su dolor. La Academia Estadounidense de Pediatría da informes en los que queda evidenciado que las detenciones en estos centros no son adecuadas para los menores, ya que la experiencia puede ser traumática y tener efectos negativos a largo plazo.
En EE.UU. existe una sentencia judicial que data de 1997, conocida como el Acuerdo Flores, en la que se estableció que el Gobierno federal no tiene derecho a retener más de 20 días a niños migrantes arrestados, pero ¿bajo qué parámetros se basan los arrestos a estos menores? ¿Es acaso por ir tras el sueño americano? ¿El mismo con el que las películas de Hollywood hacen miles de millones de dólares en países latinos, asiáticos y africanos? No me puedo resistir a pensar que, hay algo que este gobierno pasa por alto muy a conciencia, ¡esa es la forma en que ellos han vendido a su país! y tristemente la forma en que nosotros lo hemos comprado.
En las últimas semanas se ha estado hablando sobre la existencia de las “cortes secretas” salas en donde los inmigrantes son procesados en grupo por medio de un sistema de video conferencia, esto a simple vista esconde muchas irregularidades.
La escena es un poco más parecida a esto: en un extremo de la transmisión se encuentra el grupo a ser juzgado, estos están siendo enfocados por una cámara de televisión, ellos son inmigrantes en busca de asilo, en su mayoría han huido de sus países tras la inminente amenaza de muerte, alrededor de 42 mil seres humanos, un incremento del 453 % con respecto al año pasado; en el otro extremo, frente a un monitor de televisión, el juez que tiene sobre la mesa de un escritorio los expedientes de los acusados.
Esta es una realidad muy dramática que deja abierto un debate con el mismo carácter, ¿qué tipo de violencia estamos dispuestos a sufrir nosotros y nuestras familias? ¿Esto en que papel pone a cada una de nuestras naciones? ¿Qué tipo de seguridades tenemos?
AILA ha criticado el programa de retorno porque “expone” a nuevos peligros a quienes huyen de realidades terroríficas. Además, la violencia bien documentada y la inestabilidad que enfrentan los migrantes en México los expone (…) a sufrir más traumas, e incluso la muerte mientras esperan sus audiencias (…) la ubicación de estos nuevos tribunales obligan a los solicitantes de asilo a esperar sus procedimientos en lugares extremadamente peligrosos, como Nuevo Laredo y Matamoros”, advierte AILA (siglas de American Immigration Lawyers Asociation).
Existe una conmoción en crecimiento, se puede ver reflejada en películas y series como lo son: The sun is also a star, película que narra las últimas horas que una familia Jamaiquina tiene para luchar por el derecho de vivir en Estados Unidos, y 13 reasons why temporada tres, capítulos de la última temporada en donde uno de los personajes principales vive el infierno de ver a prácticamente toda su familia deportada; programas como estos crean consciencia y sobre todo exponen la inconformidad de muchos ciudadanos estadounidenses.
Pero dado que las políticas del gobierno Trump no se detienen ahí, existe una nueva reglamentación que pretende reducir la inmigración solo a aquellos que “sean autosuficientes”, en palabras del Gobierno. En donde son denominados como “carga pública” todos aquellos inmigrantes que se beneficien de programas de ayudas sociales como la sanidad gratuita para los más pobres (Medicaid) o los cupones de alimentos; a quienes sean beneficiarios les será negado el acceso a la residencia permanente.
“La norma va a disuadir a gente trabajadora y sus familias de acceder a programas fundamentales de salud, alimentación y vivienda que complementan sus modestos sueldos y les ayudan a llegar a fin de mes”, afirmó la Fiscalía de California en una nota.
Como daño colateral, el secretario de Homeland Security, Kevin McAleenan, afirmó que han incrementado el número de actos de terrorismo doméstico basados en el pensamiento tóxico difundido por el gobierno Trump (cita). Desde el inicio del año fiscal en octubre, el despacho ha ejecutado alrededor de 100 arrestos relacionados con terrorismo doméstico, en la mayoría de los casos “motivados por una versión de xenofobia llamada white-supremacist violence.” El director del F.B.I. Christopher Wray. Por más de un año la Casa Blanca rebuffed esfuerzos por medio de Homeland Security de hacer al terrorismo doméstico una estrategia como prioridad.
Para finalizar un extracto del poema de la estatua de la Libertad de Nueva York: “Dadme vuestros rendidos, vuestros pobres, vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad”.
Por: Vania Rocha, comunicadora social y periodista tolimense.