Para estos días es muy común recibir el famoso tamal, ese que no viene envuelto en hojas de cachaco, sino en entramados de corrupción.
Y es que las famosas reuniones de candidatos y dirigentes políticos, no estarían completas sin el tamal o en ocasiones el plato de lechona (según el presupuesto del aspirante), y es en ese momento cuando el plato típico de la región, se convierte en ese típico plato electoral.
Así, regalando tamales, lechona, mercados, tejas de zinc, ladrillos y cemento; pretenden llegar a ser los ‘h.p. de la patria’, entiéndase como honorables padres de la patria.
Pero no se preocupe, disfrute el plato de comida, reciba el mercado, lo que le quieran dar; pero cuando vaya a la urna no se deje tramar por: un plato de comida, un puesto de trabajo, un subsidio de vivienda o un cupo para la universidad ¡Vote a conciencia!
No permita que el corrupto llegue al Concejo, la Asamblea, la Alcaldía o la Gobernación, ¡dele un golpe bajo!; no hay nada más peligroso que una ‘rata’ comiendo del erario público, evite que el poder corrupto se herede elección tras elección.
Lea y escuche a los candidatos, estudie su pasado, sea crítico, analice sus propuestas y aliados políticos, y tome la mejor decisión, no permita que un mal ejercicio electoral trunque las esperanzas de una Colombia mejor.
en santa Isabel suben hacy alos cargos importante pero tambien inbierten