Macondo

Cien años de soledad y cuatro años más

Luis Carlos Rojas Garcìa ‘Kaell García1
Luis Carlos Rojas García

Por fortuna, Macondo no es un lugar sino un estado de ánimo que le permite a uno ver lo que quiere ver, y verlo como quiere”, (Gabriel García Márquez).

Si bien es cierto Gabo se inspiró en México para crear su obra literaria Cien años de soledad, también es cierto que Macondo, aunque ficticio, se siente como si fuese un lugar de nuestro país colombiano. Y no es para menos, ya que, de manera hasta atrevida y desdibujando el sentido del realismo mágico, los de afuera se han atrevido a comparar al narco con el género literario más encantador de todos los tiempos.

Ahora bien, entender la historia de Colombia es tan complejo como intentar entender la historia fantástica de Gabo y, si no se hace una buena interpretación de las mismas, estaremos condenados a no entenderlas, con la única diferencia que la historia de Colombia es mucho más enredada por culpa de los intereses personales de los mismos personajes que durante años le han hecho tanto mal a los colombianos y a cada una de sus tierras; los mismos que han escrito una historia de sangre, corrupción y violencia a su acomodo.

En este país macondiano ocurren todo tipo de cosas que, sin lugar a dudas, rayan en lo absurdo; desde ataques y asesinatos a las poblaciones más necesitadas y vulnerables, hasta la elección de personajes chocarreros a quienes poco o nada les importa la gente y el país. Un claro ejemplo de ello es el presidente no presidente. Un sujeto que en los pocos meses de su mandato ha demostrado que no sirve para nada, que lo único que le importa es la farándula y hacer lo que su jefe le diga sin derecho a protestar; y es que, a diferencia de su antecesor, al cual tildaron de traidor, este personaje no tiene ni las agallas ni el poder de decirle a su capataz: ¡Aquí el que gobierna soy yo!

Mientras tanto, el país se hunde en un remolino de recuerdos y de anhelos de lo que pudo haber sido un gobierno con ideas reales que ayuden al progreso, a la igualdad social, a mejorar la calidad de vida de los colombianos y, sobre todo, a cambiar ese pensamiento y esa cultura de guerra. Un pensamiento que se hasta hace un tiempo parecía estar mejorando ya que el discurso bélico estaba siendo reemplazado por uno más amable que hablaba de paz y reconciliación. Un discurso que, en medio de las malas condiciones de vida de los colombianos, se asemejaba a una suerte de amor adornado con mariposas amarillas que recorrían los corazones de quienes soñaban con ese cambio que tanto necesita el país.

Sin embargo, el gobierno del presidente no presidente ha dejado claro que no está dispuesto a cumplir nada de lo que prometió y que todo en su plan de gobierno no es más que una falacia de esas que utilizan los politiqueros que solo buscan llenar sus arcas y la de los suyos, y lo que es peor, ha demostrado que está dispuesto a fusilar a todos y cada uno de los que no estén de acuerdo con las ideas maquiavélicas de su patrón, quien a la hora de la verdad, es quien mueve a su antojo las riendas del país.

En resumidas cuentas, la situación del país preocupa cada vez más; la economía, la educación, la salud, la seguridad, la transparencia, el uso de los recursos, la paz e incluso, la estabilidad emocional de la gente y otros factores fundamentales para mejorar y que tendrían que ser prioridad, son desconocidos por este mal gobierno y esto conlleva a que el panorama sea realmente oscuro.

Colombia ha sido y seguirá siendo la niña pobre del continente, aunque es muy rica; Colombia, seguirá siendo la melancólica protagonista de una historia salida de la cabeza de un escritor cuyo estilo es plasmar la dolorosa y cruel realidad con un toque de fantasía. Por todo esto, lo que falta por verse y mucho más, no exagero cuando escribo que Colombia, mi Colombia querida, la tierra en donde nací, en donde he crecido y he amado, ha estado sumergida en más de cien años de soledad y lo estará por cuatro años más.

Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.

Deja tu comentario

Le podría interesar

Adriana 1

“Pulcritud, organización y puntualidad”: las claves para unas fiestas exitosas, según la gobernadora Matiz

La mandataria del Tolima se refirió al rescate de la esencia cultural del festival, a …

Deja un comentario