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Como ordene mi capitán

Luis Carlos Rojas Garcìa ‘Kaell García1
Luis Carlos Rojas García

No entiendo por qué quieren hacer ver a las Fuerzas Militares como héroes de la patria cuando no es un secreto que desde siempre se han destacado por llevar a cabo todo tipo de fechorías. Sí, fechorías que van desde las violaciones, los robos y hasta los mismos asesinatos de personas inocentes. Han trabajado hombro a hombro de la delincuencia, el narcotráfico, la extorsión y de los corruptos. Y eso que no estoy mencionando asuntos menores y personales como el constante maltrato familiar, los escándalos y demás que, empañan a una entidad que se supone está para defender al pueblo. No obstante, no es cierto, las Fuerzas Militares, entre ellas la Policía, no están para defender al pueblo sino al gobierno de turno y para defenderse entre ellos. Aclaro que conozco muy bien que la Policía no es una fuerza militar.

Y va de cuento, como escribía el columnista aquel. Corría 1999 y se acercaba el 2000 cuando me di un paseo de casi dos años por la base militar de Tres Esquinas, Caquetá. En esta época Mario Montoya Uribe fue comandante en jefe la base en mención. Para los que no lo recuerdan pues es nadie más y nadie menos que el general envuelvo en los falsos positivos del gobierno Uribe. Ahora bien, sin ser periodista en aquel entonces, pero llevando la profesión en las venas, descubrí varias cosas como, por ejemplo, que cientos de jóvenes que llegan a estos lugares terminan enviciados, violados o psicológicamente afectos, tanto por el adiestramiento como por el abuso al que eran sometidos.

Por otro lado, debo decir que la base de Tres Esquinas Caquetá tiene una particularidad además de su ubicación geográfica, ya que reúne a todas las Fuerzas Militares, incluyendo a la Policía en un solo lugar. Y se le suma que recibe a militares gringos que llegan a apoyar la “inteligencia”. Una verdadera jungla a decir verdad con estos grupos que no son más que un imaginario que el cine y la televisión han puesto en la cabeza de unos y otros y que hacen de ellos unos héroes dignos y valientes, cuando en verdad lo que hacen dentro de lugares así no causa mucho orgullo que digamos.

Como para que se hagan a una idea: la promiscuidad hombre mujer, mujer hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y en el sentido contrario, además de las enfermedades de transmisión sexual están a la orden del día. Por supuesto, existe el libre albedrio, pero, muchos de estos militares aprovechan su poder para manipular y someter sexualmente a sus integrantes. Si tuvieran la oportunidad de ir a las escuelas se darían cuenta de lo que hablo. Lo que pasa es que nadie se atreve a denunciar y si lo hacen terminan suicidados como ya lo hemos visto antes.

La prostitución infantil abunda en los lugares en donde trabajan estas fuerzas (guerrilla y militares en el mismo barrizal cuando de violaciones se trata). A mi memoria llega la imagen de las lanchas atiborradas de prostitutas de todas las edades que arribaban desde Florencia a uno de los puertos sobre el río Orteguaza en donde se encontraba la Armada. Se repartían el festín al mejor estilo de la película Pantaleón y las visitadoras, en donde Angie Cepeda hace uno de los mejores desnudos que he podido ver en el cine en español y perdonarán los críticos, pero, más allá de su actuación está la imponente figura de esta mujer en dicho film.

De igual manera, no puedo olvidar a las mujeres que iban a esta base a hacer su práctica rural (odontólogas, enfermeras, químicas etc.) que terminaban de barraca en barraca (habitaciones o apartamentos diseñados para los militares) rifadas como en un juego de cartas, muchas de ellas embarazadas al final de su ciclo profesional y demandando por alimentos. También recuerdo a los soldados tímidos que cogían como prostitutas, tal como lo vemos en las películas de prisión; tiempo después no era raro verlos de guardia en guardia ofreciendo servicios sexuales, no solo a los compañeros, también a dragoneantes, sargentos, capitanes y demás.

Drogas como la marihuana, cocaína, inclusive el bóxer y otras sustancias entraban a la base con una facilidad que uno quedaba algo sorprendido ya que el sistema de vigilancia contaba hasta con perros antinarcóticos que revisaban los cargamentos que llegaban en los aviones. Por supuesto, Fuerza Aérea, Ejército, Armada, Policía y Gringos, hacían de las suyas sin que nadie les dijera nada y no sería raro que en la actualidad la cosa siga igual.

Por esto y más, es absurdo que quieran tapar lo podrido del Ejército, la Policía y hasta de los mismos gringos. En cuanto a los escándalos en la Fuerza Aérea podemos decir que son más disimulados, ya que ellos solo bombardean desde el cielo y aunque la Armada con sus lanchas sobre los ríos han asesinado a cientos de inocentes pescadores, todo el mundo sigue diciendo que son los héroes del país y así será por los siglos de sus siglos y su bastarda gloria, ya que todo se traduce en una suerte de catarsis que libera de toda culpa. Una frase muy particular que dice: ¡Como ordene mi capitán!

Para nuestra fortuna los “buenos” son más.

Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.

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2 opiniones

  1. Fredy Sanabria Gomez

    La policia es un nido de RATAS ladronas, por eso me alegro cuando el mochito se les metio a la general santander y los dejo en atomos volando :V

  2. Solo un bandido puede odiar tanto a la fuerza pública. Aquel que ha visto los horrores de los delincuentes si puede opinar. Es de fácil práctica sentarse tras un computador para ensuciar el nombre de los que han dado la vida para que ustedes puedan seguir haciendo su vida fácil. En todo rebaño hay ovejas negras y blancas no todos son iguales. A ver si un día tiene pantalones y se pone en las botas de un verdadero hombre

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