La corporación dejó en firme la sentencia de 33 años y nueve meses de prisión.
A Joaquín Enrique Aldana Ortiz, excomandante operativo de la Policía Tolima, se le acabaron los recursos.
Todo por cuenta del auto de la Corte que se negó a casar la sentencia emitida por el Juez Primero Penal del Circuito de Ibagué, y ratificada por el Tribunal Superior.
La Corporación, con ponencia del magistrado José Leonidas Bustos, estudió el caso Aldana desde diciembre de 2012, y solo hasta hoy, casi cinco años después de ocurrido el crimen, el proceso quedó en firme y ejecutoriado.
En septiembre de ese año, el magistrado Juan Carlos Arias López dejó sentada la posición del Tribunal Superior de Ibagué, en la confirmación de la condena de 33 años y nueve meses de prisión, en contra del coronel retirado de la Policía Joaquín Enrique Aldana Ortiz.
El letrado empezó por agregar que no se presentó parcialidad en contra del acusado, ni por parte del Juez Primero Penal del Circuito (que condujo el juicio oral), ni de la agencia del Ministerio Público que actuó en las diligencias.
A su vez, tildó las actuaciones del coronel Aldana posteriores al crimen que “buscaban ocultar rastros y la acción criminal porque sabía que su esposa estaba muerta, para evitar que fuera descubierto”.
Perfil psiquiátrico
En cuanto al dictamen psiquiátrico que presentó la defensa donde mostró al coronel como alguien dependiente de su pareja, el Tribunal dijo que “no había sido dependiente sino indiferente”, cuando después de matar a Erika Yeneris buscó despistar a los allegados de esta que la buscaban insistentemente.
Del descuartizamiento del cadáver el magistrado indicó que la motivación de Aldana “era mantener el poder y dominio sobre ella y así podría disponer de su cuerpo”.
También se dijo que el “asesino acudió a aspectos íntimos que conocía de la dama” como retirar los implantes mamarios, la zona púbica con rastros de operaciones y las partes del cuerpo donde se obtiene el ADN más puro para las muestras.
El magistrado calificó los alegatos de la defensa que “no tienen fuerza probatoria suficiente para ser derruida la sentencia”. Dijo que la omisión en la denuncia de la desaparición de Erika Yeneris equivalía al compromiso de implicado en su muerte.
El coronel Aldana, excomandante operativo de la Policía Tolima, al parecer dio muerte a su esposa Erika Yeneris, en septiembre de 2009, y desmembró su cuerpo, arrojándolo a cultivos de arroz en la vía al norte del departamento, en uno de los crímenes más horrendos y macabros que recuerde la historia judicial reciente de la región.
Perderá patria potestad de sus hijas
Para el Tribunal, el móvil más fuerte en la ocurrencia del crimen fue el descubrimiento que Aldana hizo de la infidelidad de su mujer que pretendía dejarlo y llevarse a sus hijas: “para impedir que se fuera, decide acabar con su vida”. Aldana habría ejecutado el homicidio para quedarse con la custodia de las menores, señaló la sala.
Al finalizar la lectura de la sentencia, el Tribunal instó al Instituto de Bienestar Familiar a garantizar los derechos de las hijas de Aldana, realizando los trámites para retirarle la patria potestad al acusado y que se constituyan estas, a través de apoderado judicial, en el incidente de reparación de perjuicios del caso. A ese tenor, en otro proceso diferente, un juez ordenó el embargo de un apartamento y de un lote, propiedad de Aldana Ortiz.
El Tribunal dijo en relación a Joaquín Aldana y la relación que pueda mantener con sus hijas “debe evitarse la hegemonía nefasta sobre las menores de quien llevó a su madre a la muerte”.
El oficial está detenido en el anexo de máxima seguridad de la cárcel Picota en la ciudad de Bogotá.