El Juzgado Primero Civil del Circuito de Ibagué embargó algunas cuentas del Hospital Federico Lleras.
El embargo es por una deuda de 2.000 millones de pesos con la empresa GMO asesores, que hace suministros al centro asistencial.
Con el embargo, todo recurso que ingrese pasa a una cuenta del Juzgado que lo reembolsa al demandante hasta saldar la deuda.
La mala noticia se dio en medio de la parálisis de un Hospital moribundo al que las EPS no le pagan pese a que presta servicios de salud a miles de sus afiliados de Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo.
Las EPS de los regímenes subsidiado y contributivo le adeudan 124.000 millones de pesos y no hay esperanza de pagos en un mal que parece no tener cura.
El régimen subsidiado le adeuda 95.000 millones y el contributivo 20.000.
«Con semejante deuda, ninguna entidad de salud funciona», afirman los empleados.
Las enfermeras y médicos consultados señalan que no tienen insumos ni medicamentos para atender pacientes.
“No hay insumos, solo tenemos las manos para atender”, afirmó Luz Marina, una enfermera que pide a gritos soluciones.
«Las deudas de las EPS a los hospitales son un problema viejo que ningún Presidente ni Ministro de Salud han sido capaces de solucionar», dicen los empleados que permanecen de brazos cruzados.
A este problema se suma el atraso en los pagos de nómina a unos 2.000 empleados de planta y contrato, a quienes cada mes el Hospital debe desembolsar unos 7.000 millones para salarios, pero tiene con qué porque las EPS no le pagan.
El año pasado el gobierno nacional asignó 10.000 millones de pesos al Hospital para pago de deudas, pero solo alcanzaron para solventar algunas dificultades económicas y nuevamente el paciente vuelve a presentar complicaciones.
El gerente del Hospital, José Raúl Reyes, adelanta gestiones en el Ministerio de Salud y la EPS deudora Caprecom, para agilizar pagos por servicios prestados a los usuarios.