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Solo cinco de los cabildantes tachados de mañosos lograron la reelección.
Estos fueron William Rosas, Linda Perdomo, Juan Ávila, Martha Ruiz y Javier Mora, quienes continuarán cuatro años más en el Cabildo.
En el caso de Rosas, Ávila y Perdomo, las cosas no están claras en materia de llegar a culminar el periodo ya que sobre ellos pesa el ‘Inri’ de una investigación penal, en etapa de acusación ante jueces de circuito, por la torcida elección del excontralor de Ibagué, Ramiro Sánchez.
Ni qué decir de las otras indagaciones disciplinarias que avanzan en la Procuraduría por la designación del expersonero, Julián Prada, y de la secretaria del Concejo.
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Concejales ‘eternos’, practicantes del manzanillismo y polémicos en sus posturas y ejecutorias, se quemaron y no obtuvieron la reelección anhelada. Casos como los de Pedro Mora o Ernesto Ortiz, evidencian lo anterior y deberán encajar el castigo que les propinaron los electores en las urnas.
En el caso de Ortiz quizá lo recoja la burocracia estatal, ya que su mentor político, Oscar Berbeo, socio de el ‘Chatarrero’ (el mismo del robo de los Juegos Nacionales), y compadre de Luis H. Rodríguez, llegó hace pocas semanas a la campaña del alcalde electo de Ibagué Andrés Fabián Hurtado.
En la lista de ilustres quemados también incluir a: William Santiago, Oswaldo Rubio, Marco Tulio Quiroga, Humberto Quintero, entre otros.
Lo mismo para los concejales actuales que intentaron llegar a la Asamblea: Luis Alberto Lozano (Centro Democrático), Carlos Andrés Castro (liberalismo).
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De a poco se va renovando el desprestigiado Concejo de Ibagué. Los nuevos cabildantes tienen el reto de romper con el esquema de corrupción, clientelismo, pago de favores que se ha estilado a lo largo de toda la vida pública de la Corporación. La ciudadanía no les perdonaría que lleguen a trabajar con las mismas mañas.
