Como docente de la facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa – Seccional de Ibagué, no puedo menos que lamentar lo sucedido, rechazar los comentarios del estudiante que dieron lugar a tales hechos y, desde luego, las vías de hecho que, a consecuencia de tales comentarios, se desataron luego, obligando a la intervención de la Policía Nacional con sus comandos de choque.
Los comentarios del estudiante de segundo semestre sobre los hechos, desafortunadamente, en el municipio de Fundación, departamento de Magdalena, por sus resultados y consecuencias nos llaman a la solidaridad en la más pura de sus expresiones, tal como ha sido expresado por distintos estamentos sociales, autoridades y hasta por jefes de Estado y dirigentes religiosos, como el Papa Francisco.
Rechazamos, en primer lugar, los comentarios que hizo el estudiante que por los mismos se originaron hechos posteriores, característicos de vías de hecho, porque lo primero y, luego lo demás, no se compadece con las orientaciones misionales de la Universidad Cooperativa en general y de la Facultad de Derecho en particular.
Para el cuerpo docente de la Facultad de Derecho del cual tengo el honor de hacer parte, parte de la conceptualización de que Colombia es un Estado Social y Democrático de Derecho, conforme aparece estatuido en la Constitución Política, que lleva a que se destaque, antes que nada, que la Universidad Cooperativa es una institución, hoy por fortuna nacional, de economía solidaria y que en el preámbulo de la Constitución como metas del Estado colombiano se destaca la realización de propósitos tales como la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz y que en el art. 1 de nuestra ley de leyes se establece que el Estado colombiano es una entidad democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto a la dignidad humana, al trabajo y la solidaridad.
De ahí que nos resulta incomprensible la actitud del joven estudiante, de segundo semestre de la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa – Seccional de Ibagué, circunstancia propicia, que debe llevarnos a los docentes de derecho a fortalecer los valores supremos del Estado colombiano y en especial los que se acaban de enunciar, entre ellos el respeto a la vida, a la dignidad humana y a la tolerancia, cuando menos, dentro del marco conceptual, político y jurídico del Estado Social y Democrático de Derecho, pero por sobre todo a practicar, sin ninguna clase de discriminación, la solidaridad como principio fundante y misional de nuestra magna institución educativa.
Por: Rafael Aguja Sanabria, abogado, docente universitario.