Juventud
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Juventud en éxtasis

Luis Carlos Rojas García
Luis Carlos Rojas García

Los libros de superación personal son fuertemente criticados por los amos y señores de la literatura y no es para menos. No obstante, muchos de estos personajes que escriben este tipo de libros y de historias, rompen las estadísticas en ventas de los mismos y se vuelven una tendencia a nivel mundial les guste o no a los literatos; y pues, cuando se escribe para comer, eso, mis queridos amigos, representa un gran logro.

Ahora bien, cientos de colegios hacen convenios con este tipo de escritores, algunos de renombre, otros no tanto, para que los jóvenes lean este sus libros como una suerte de salvación para las clases de lectura y de educación ética y religiosa; aludiendo que, esto les permitirá formarse en valores o para que comprendan lo que no logran y, dudo mucho, que logren comprender. Sin embargo, el negocio es el negocio.

Como sea, la juventud a través de los años y de la historia de la misma humanidad, se ha visto envuelta o, mejor, ha protagonizado un papel que poco o nada les favorece. Me explico:

No es un secreto que durante muchos siglos los niños prácticamente no existían (ni en la literatura, ni en el pensamiento del colectivo, ni en las ideas de la política, ni era la gran preocupación de los padres y madres que los parían y mantenían y para quienes no representaban más que una carga y por eso tanto huérfano sin irnos más atrás entre otras cosas espantosas que han tenido que vivir los niños y niñas por supuesto) y solamente, hasta hace un par de años atrás, se comenzó a hablar de los derechos del niño ¿Lo recuerdan? Incluso aparecían en el respaldo de los cuadernos.

Tal vez por eso, como el asunto es tan reciente, a la gente de ahora le sigue costando trabajo entender que los golpes y el maltrato no funcionan a la hora de formar a un niño. Que es mentira que la violencia aporte a la educación tanto física como emocional de un pequeño.

Pero, mientras el niño ha sido ensombrecido en la historia del hombre, el joven, no ha tenido mejor suerte y esto se debe a que, para nuestra vergüenza y desgracia, el joven a través de la historia de la mal llamada humidad, ha sido y es utilizado para dar rienda suelta a toda la barbarie que el hombre adulto ha querido llevar a cabo en las distintas sociedades del mundo.

Por eso, al joven a través de los tiempos, lo han obligado a ser la presa sexual de algún faraón o rey, lo han obligado a quemar brujas sin importar que las amen, lo han llevado donde las putas para que se haga hombre, lo han mandado a la guerra para que defienda a su país, le han lavan el cerebro para que se vuelva un asesino, lo han utilizado como puta para satisfacer las aberraciones de cualquier clérigo, lo han puesto a quemar libros, le han sacado los ojos en cualquier manifestación, lo han descuartizado por protestar o se lo han llevado al monte con el cuento de que le van a dar trabajo para después asesinarlo y ponerle las botas, sin contar que lo han puesto a hacer campañas políticas a s corruptos sin escrúpulos que se denominan incluso como personajes cabales y sin mancha alguna, aunque estén machados por todo lado.

Faltó decir que al joven le han hecho promesas laborales, educativas y demás y pocas veces le cumplen. Así como faltó decir que al joven le han inventado un universo lleno de adicciones, de modelos sociales y de estilos de vida que poco a poco van jodiendo su cabeza hasta convertirlo en un adulto lleno de temores, inseguro, problemas de todo tipo y sin ninguna identidad.

En conclusión, si al niño (aquí incluyo a la niña también) lo han destrozado desde tiempos inmemoriales, al joven (aquí incluyo a la joven también) lo han jodido por completo y por esto tenemos esta sociedad tan quebrada y aberrante. Entonces, si es difícil ser niño en el planeta tierra, ser joven es más complicado todavía, mas, si hace parte de una juventud en éxtasis que todo cree y todo consume sin preguntarse por qué o para qué.

Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.

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