A La Luz Pública – Noticias de Colombia La fuerza de la verdad
Estuvo por Ibagué presentando su libro titulado Sin Miedo, el exprocurador Fernando Carrillo. Me llamó la atención su visión clara frente al problema de la polarización política en Colombia en la que se convirtieron en un campo de batalla las redes sociales.
Según Carrillo, los bodegueros de izquierda y de derecha están atacando sin resquemor para dividir más el país. Los algoritmos utilizados por las redes simplemente encasillan a las personas de acuerdo a sus creencias. Los incautos quedan convencidos que su cosmovisión es la verdad absoluta.
Los algoritmos no son argumentos, son imposiciones. De hecho, a todos nos tienen clasificados y una vez la I.A. (Inteligencia Artificial) conoce nuestros gustos, miedos e ideologías, el sistema se encarga de enviar la información que nos sirve para reafirmar nuestras convicciones.
“Esa barahúnda, ese lodazal de la izquierda enfrentada con la derecha borra totalmente la racionalidad”, dijo de manera concisa Fernando Carrillo en su visita a la capital del Tolima. Si usted odia a Uribe o a Petro entre más busque información sobre ellos más le aparecerá contenidos que alimenten su manera de pensar. Es un hecho.
Después de la llegada de Petro al poder y sus desaciertos ya están los de ultraderecha vendiendo la necesidad de volver a retroceder hacia la famosa seguridad democrática. Por su parte, la cabeza del gobierno culpa a sus colaboradores, a sus opositores y a los medios de comunicación de la debacle del país.
Lo único que está claro es que quienes gobernaron en el pasado como los que administran en el presente se han visto envueltos en escándalos que los dejan mal parados con sus electores. Los que se logran apartar de esas peleas entre los extremos nocivos pueden verlo sin prejuicio alguno.
Le queda al país pensante no caer en la manipulación mediática y en las riñas de bodegueros. Los grises también son una alternativa y no todo puede ser blanco y negro. El caudillismo, el populismo, el mesianismo es el responsable de idealizar a políticos y convertirlos en deidades.
El mayor problema de Colombia, sigue siendo los mismos colombianos y su manera de pensar. La corrupción y las malas mañas son ambidiestras. Del desprendimiento de ese corrompido ADN avivato es que puede germinar una alternativa realmente diferente.
¿Aparecerá para las elecciones de 2026? ¿Seguiremos en lo mismo? ¿Será una utopía? El tiempo lo dirá.
Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy
Editor General.
