Las justas realizadas durante la Semana Santa dejaron huella no sólo por la infraestructura deportiva y la hospitalidad tolimense, sino también en experiencia cultural, turística y gastronómica del ‘copete’: tamal y lechona, que encantaron a competidores y familiares.
Las tradiciones tolimenses quedaron marcadas en la memoria del periodismo nacional: los visitantes no solo comprobaron que la lechona y el tamal se combinan en un solo manjar, sino que también vivieron una muestra de organización deportiva que posiciona al Tolima como una potencia para eventos de talla nacional. El torneo dinamizó la economía, como ocurre cada vez que el departamento acoge campeonatos de esta magnitud.
“Nos vamos felices. Al final podemos celebrar que tuvimos unos juegos muy bien organizados, con el apoyo de la Gobernación del Tolima y la doctora Adriana Magali Matiz. No hay una sola queja. Estos han sido los juegos más importantes y bonitos en la historia de ACORD”, puntualizó Faiver Hoyos, presidente de la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos.
Gracias al respaldo de la Gobernación, a través de Indeportes, el Tolima brilló por su infraestructura de alto nivel y se transformó en un punto de encuentro para la multiculturalidad colombiana.
La ciudad de Ibagué fue testigo de un intercambio único, donde periodistas de distintas regiones compartieron costumbres, vivencias y, sobre todo, su pasión por el deporte.
Más allá de las medallas y los resultados, quedó una certeza entre todos los participantes: Ibagué se ganó un lugar en el corazón del periodismo deportivo colombiano. La calidez de su gente, la impecable organización y el encanto de su entorno dejaron un mismo pensamiento colectivo: volver no es una opción, es un deber.