Luis Carlos
Imagen: suministrada.

Los Paracoperiodistas: (Poema sin técnik)

De entre los cerros oscuros

de una democracia corrompida,

vemos bajar a la susodicha plaga

que, en otrora, mucha gala exhibía.

Armados hasta los dientes

de embustes y tecnología,

los Paracoperiodistas,

atacan, sin que nadie se los impida.

No les importa a los engendros

del micrófono y las cámaras sombrías,

arrasar con el anciano o el niño,

con tal de no tener sus cuentas vacías.

No les conmueve descuartizar a quien sea

que su patrón les demande en tiempo y hora,

mientras se vanaglorian, descaradamente,

de ser los amos y señores de la verdad inminente.

Son tan santos, salvadores y mesiánicos.

Son tan perfectos, correctos y sinceros,

que no es posible poner en duda

su labor aguerrida y valiente.

Aunque de sus almas corruptas y podridas

emane la más fétida de las pestilencias,

jamás antes conocidas.

¡Oh gloriosos Paracoperiodistas!

Hijos de la motosierra paraca;

padres de la desinformación convenida,

carentes de la ética impartida.

¡Oh gloriosos Paracoperiodistas!

Cómplices del narco y la masacre,

reyes del chanchullo y la barbarie.

No dejen de embrutecer a la gente,

para favorecer al terrateniente.

¡Oh gloriosos Paracoperiodistas!

Ejemplos a seguir de los universitarios

que anhelan prostituir sus vidas.

Que sus voces no se apaguen nunca,

ya que es la voz del mismo Dios.

Y aunque de sus gargantas sólo salga

la bazofia que día a día nos dan,

los encomendamos a los dioses

para que reciban su merecido,

porque, cada cosa que ocurre:

¡Es un Hecho Sam!

Por: Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa, escritor.

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