Duque

Duque chao

Duque

Es difícil no pensar en las masacres, las injusticias, la mala economía y la barbarie que parece no tener fin en Colombia. Es imposible no sentir un dolor constante y, sobre todo, impotencia al ver cómo unos cuantos tienen a la nación envuelta en una vorágine de corrupción y sangre. Para fortuna de muchos dentro y fuera del país, y como lo afirman algunos expertos, después de la firma del proceso de paz el panorama es claro: el problema real del país se llama gobierno y la actitud cómplice e ignorante de muchos colombianos. Y no es para menos, con la salida de las cámaras de la guerrilla, las fechorías del gobierno salieron a flote, sobre todo, después del nombramiento de un personaje que no solo causa risa, también es merecedor de un bullying sin presentes.

Así es, para nadie es un secreto que en su afán y desespero por perpetuarse en el poder Álvaro Uribe ha recurrido a las mil y un triquiñuelas, amenazas, desapariciones, falsas campañas publicitarias, apoyado por los medios por supuesto, y mucho, mucho más. Entonces, no deja uno de preguntarse cómo Iván Duque se puede prestar para semejante esperpento ¿Será que no le remuerde la conciencia? ¿Será que no tiene la más mínima vergüenza? ¿Será que no le preocupa pasar a la historia como el presidente más inepto y bueno para nada de todos los tiempos?

Como lo escribí antes, hemos tenido todo tipo de presidentes, todos eso sí con alguna maña; sin embargo, Duque se ha ganado la animadversión del pueblo, incluso de muchos de los que antes pensaban que era el que era. Es claro además que su nivel de ineptitud no ha tenido y no tendrá límites, y no es para menos, no es posible pensar en gobernar una nación con la intenciones y propósitos de otro. Su discurso es una retahíla de desaciertos, de incoherencias, superando incluso al presidente de Venezuela que tanto criticaban. Como decía la abuela: “el que escupe pa´ lo alto…”

Por otro lado, el tema de la antipatía por Duque ha llegado a tanto que ya hasta le tienen, lo que se podría llamar, la canción del año, un verdadero himno de la resistencia en donde le dicen a Duque impostor. Sí, una melodía pegajosa que muchos referencian con la serie de Netflix La casa de papel, aunque tiene otros orígenes, y que con la creatividad de los colombianos fue adaptada para vociferarle a este personaje que lo mejor que puede hacer es renunciar.

Por supuesto, eso no va a suceder, Duque ha demostrado que no tiene vergüenza. Tal vez por esta razón no quiero ni pensar que podrán sentir los suyos o, en el fondo, el mismo Duque, no debe ser fácil recibir tanta burla, tanto meme, tantos ritmos, acordes de guitarra, platillos, flautas, trompetas y voces que gritan al unísono:

Una mañana he despertao, y duque chao, duque chao, duque chao, chao chao.

Una mañana he despertao, y hemos sacado al impostor”.

Por: Luis Carlos Rojas García, docente, cineasta, escritor.

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