
En tiempos de crisis económica y Baloto millonario, encontramos esta increíble historia en Ibagué.
“Veinte palos”, contesta ‘El Paisa’, cuando le preguntan qué botó a la basura últimamente. Este vendedor de tintos que atesora unos pocos pesos en la calle 21 de Ibagué, lamenta haberse deshecho de una cantidad que jamás atesoraría en toda una vida estéril en el comercio de comestibles.
“Mi yerno y mi hija, habían hecho un negocio y guardaban la plata, pero como el barrio (Popular) en el que vivimos es peligroso, ellos habían escondido eso en la caneca de la basura. Pasó el carro y yo saqué la bolsa, pero mi nieta me dijo ‘faltó esta’ y las pusimos ambas en la calle”, recuerda el momentáneo depositario del efectivo.
Cuando los dueños del dinero se percataron de la ausencia de su ‘tesoro’, corrieron en la ruta del carro recolector. Solo pudieron alcanzarlo en la zona de descargue. Rogando y apelando a influencias y amigos en la firma Interaseo, El Paisa logró ingresar al relleno sanitario y esculcando entre montones de escoria y detritus, lo sorprendió la madrugada. Al fin, identificó la bolsa con una alegría inmensa, como quien se gana la lotería: pero el dinero no estaba.
Días después, al contarles a los vecinos de su infortunio, alguno echó de menos al desarrapado indigente que recorría el sector esculcando en la basura, para ponerse prendas raídas, o comer de las sobras que ni un animal paladearía. Lo vieron por última vez, frente a la casa de El Paisa. Quizá haya cambiado su suerte como en la película De mendigo a millonario, encontrando y derrochando los millones que otro guardó con celo y que luchó demasiado para conseguir. O también contribuya al lugar común atribuido a Pambelé de “es mejor ser rico que pobre”.

Esta historia de “no te lo puedo creer”, recuerda una novela de Héctor Abad Faciolince, Basura, donde el vecino de un escritor, hurga en los desechos de este, para rescatar las páginas que le darán la gloria que le correspondía al verdadero autor.
“Lo jodido es que me tocó pagar la plata. Ahí les estoy abonando”, le confesó el infortunado a periodistas de A la luz Pública.