La Institución Educativa Antonio Nariño, que ayer protestó y taponó una vía buscando ser escuchados, se caracteriza porque todas las administraciones municipales de Ibagué siempre le han negado todo.
En esta institución abundan las necesidades.
Hace cinco años sus padres de familia y estudiantes llegaron a la Alcaldía pidiendo un muro de contención pero «nos engañaron con promesas pues seguimos sin ese muro».
A todo esto se suma que los estudiantes reciben clases apiñados en salones angostos e incómodos.
«En cada salón meten hasta 40 niños y quedamos apretados como en una lata de sardinas«, dijo un alumno del grado séptimo.
Así mismo cada día cientos de niños realizan largas caminatas desde zonas alejadas pues la institución carece de transporte escolar.
Y como si lo anterior fuera poco, no han sido beneficiados con el programa de alimentación escolar que la Alcaldía aún no ha contratado.
«Estudiamos con hambre pues no tenemos transporte ni desayunos«, señaló Luisa, una estudiante que camina hasta una hora diaria para asistir a clases.
Por todo esto, los niños decidieron protestar y hasta taparon vías para que la Alcaldía escuche sus peticiones.
«Ningún alcalde nos ha ayudado, ni Jorge Tulio, ni Rubén Darío, ni Chucho Botero, y tampoco lo hizo Luis H. Rodríguez«, señalaron algunos estudiantes.
«Esperamos que el alcalde Guillermo Alfonso nos ayude«, dijeron y tras disputas con la Policía decidieron ponerle fin a la protesta.