El jefe de Cambio Radical quedó con Personería, Contraloría y con burocracia en la Alcaldía de Ibagué.
No deja de sorprender el nivel de maniobra y de componendas que ha alcanzado Emilio Martínez Rosales: logró que el Concejo de Ibagué eligiera Contralor y Personero de su cuerda política.
Tanto Ramiro Sánchez (contralor), como Julián Prada (personero), son adeptos a Cambio Radical, lo que se traducirá en puestos y contratos que las dos entidades repartirán para amigos de esa colectividad; obviamente después de repartir la misma mermelada a los concejales que los eligieron.
Además, está el hecho que Martínez y/o sus subordinados puedan en un momento dado llegar a ‘amenazar’ con la función fiscal o disciplinaria a los funcionarios, o hasta al mismo alcalde, que no se plieguen a sus intenciones y ambiciones personales o politiqueras.
Emilio Martínez, también cuenta con la Secretaría de Hacienda, en cabeza de Juan Espinosa, en la movida burocrática que hizo al orientar su caudal electoral en las elecciones de octubre hacia Guillermo Alfonso Jaramillo, dejando de lado a Jhon Ésper Toledo, al que el mismo movimiento Cambio Radical había avalado.
Con todo ello, uno de los grandes ganadores de las últimas movidas políticas, sería Martínez Rosales, expresidente de la Cámara de Representantes y quien fue condenado por la Corte Suprema de Justicia al comprobarse el manejo irregular de contratos públicos a su paso por el legislativo.
Analistas vaticinan que todo ese apoyo burocrático será clave para las elecciones a Congreso de 2018, donde Emilio Martínez buscará orientar a los electores para reelegir a su hermana Rosmery en el Senado, y tratar de buscar el escaño a la Cámara que perdió en los comicios de 2014.
Sin duda Martínez Rosales buscará también manejo burocrático en la Gobernación del Tolima, y al no haber acompañado a Óscar Barreto, orientará a sus diputados para que comiencen a incomodar al ejecutivo con debates y remedo de control político, a fin de que el gobierno ceda y entregue contratos o alguna secretaría de importancia.
La táctica le funcionó a Emilio Martínez en la pasada administración, obligando a Luis Carlos Delgado a entregarle la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, algo que no parece sorprender en la cada vez más devaluada clase política y dirigente del otrora pujante y prometedor departamento del Tolima.