Gobernador electo Ricardo Orozco Valero visitó Líbano.
Me encontré un par de hombres sosegados ya sin la angustia del día D, conciliadores, sin sectarismo, con la claridad de que el alcance de sus administraciones va más allá de los partidos que lo avalaron, deseosos de «humanizar» la relación gobierno – comunidad, sin afanes ‘promeseros’ porque quieren acertar desde un comienzo en todo, pues sus responsabilidades con el Tolima y el Líbano son inmensas e históricamente definitivas.
Fue un encuentro ameno, muy respetuoso, entre el electo gobernador del Tolima, José Ricardo Orozco Valero (quien en campaña prometió estar dos días después de su elección en el Líbano) y el elegido alcalde de esa municipalidad, Jesús Antonio Giraldo Vega acompañados de los líderes que desde ese norteño municipio tolimense impulsaron su elección.
No hubo ni solicitud de secretarías departamentales, ni financiaciones, ni favores de ninguna especie, fue un respeto absoluto por el fuero del electo mandatario y su esposa, Liliana Soler Carvajal, quien acudió muy complacida a esta cita ya que también tendrá una gran responsabilidad en el campo social. La única solicitud fue de carácter humanitaria, sin más detalles.
Cuando hablo de humanizar me refiero a varios aspectos pero especialmente al anuncio del electo gobernador de exigir un contacto directo con la comunidad y a que en los diálogos comunitarios tendrán que entrar y saludar a cada asistente e incluso sentarse con ellos, mientras que él estará rodeado de los presidentes de Acción Comunal y líderes sociales.
Quizás Ricardo Orozco como el suscrito y miles de ciudadanos hemos sido víctimas de esa «mutación» de quienes luego de pertenecer a un equipo de campaña son vinculados al gobierno.
Muchos de estos personajes dóciles, amables y hasta lambones en campaña al ingresar a la nómina oficial se transforman en «Super técnicos» que olvidan de dónde vienen y que su nombramiento es consecuencia de un proceso político y no por su genialidad o sus méritos, así los tengan.
En este encuentro hubo espacio hasta para las anécdotas. El próximo mandatario tolimense recordó que en el masivo cierre de campaña de Antonio Giraldo en el Líbano, al terminar este su discurso una señora gritó que se le había perdido el niño. Don Antonio al hacer el anuncio sobre el extraviado, divisó que en la distancia alguien haciéndole señas le indicaba en donde estaba el niño. Entonces Antonio Giraldo, micrófono en mano, aprovechó la circunstancia para dar una ingeniosa respuesta a sus detractores al decirle a la angustiada madre: «mi señora, el niño se encuentra en Superinter, allí lo puede reclamar, aquí no nos quedamos con nada, aquí somos honestos«.
Gobernador y alcalde, ya posesionados y sus equipos se volverán a reunir en enero para empezar a armonizar los planes de desarrollo.
Por: Miguel Salavarrieta Marín, Comunicador Social – Periodista, ex Director de Cultura del Tolima.