Un gran reto tendrán los políticos para las elecciones de 2026 y de 2027 cuando cada vez más los ciudadanos se convencen, que ayudarles no es garantía de estabilidad laboral. Es un secreto a voces que muchas personas apoyan estas causas detrás de una prestación de servicios.
Antes, eran menos los profesionales y el censo electoral permitía que los políticos le pudieran cumplir a un porcentaje decente de sus electores. Era otra época en donde la gente contaba con trabajo casi todo el año. La cosa cambió radicalmente.
Si bien, se supone que el voto se debe dar por un programa de gobierno o por las ideas que presente un candidato, esto es apenas un saludo a la bandera para la mayoría. En Colombia la gente vota por necesidad y más en elecciones regionales o en las legislativas. Digamos que el famoso voto de opinión (que es más de manipulación) se da más que todo en las presidenciales.
Los clanes políticos regionales, suman y suman adeptos y a la hora de la verdad: “No hay cama pa` tanta gente”. Prometen esta vida y la otra a su votantes siendo conscientes que más del 90 por ciento no recibirá ni las moronas del ponqué. De eso no se salvan ni los concejales y diputados a los cuales les toca por conseguir su objetivo o meterse la mano al dril o crear falsas expectativas.
A esto se le suma el famoso Nepotismo. Es común ver en las noticias que las mejores cuotas políticas se quedan en los familiares (esposas (os), hermanos, primos, amantes, etc. de aquellos que ostentan el poder. Los demás solo están para empujar el carro y esperar como canes a que les tiren un hueso.
No se salva ninguno. En eso todos son iguales. El problema para los candidatos es que les cogió ventaja el exuberante desempleo y que la gente se dio cuenta que ya no es rentable como en otros años ayudarle a un político. Aprendieron, que en el mejor de los casos tendrán que conformarse con contratos de tres o cuatro meses. Si les va un poco mejor, logran sumar siete u ocho meses en el año.
Llegará el momento en que a ningún candidato le van va a fiar, porque simplemente no les creen. Se volverá la política una forma de prostitución prepago en donde o se da el pago por adelantado o difícilmente habrá apoyo. Con la mala imagen (en su mayoría) de los que la ejercen, es complicado pensar que con ideales la gente correrá a las urnas.
Nos hemos encontrado personas de muchas corrientes políticas que le ayudaron a los que ganaron y están como las guayaberas. Seguirán viniendo miles de excusas, para demostrar el porqué de la desidia. No hay que olvidar que, en la historia universal el vivo siempre ha vivido del bobo, obviamente hasta que el bobo se rebela.
Los meses dirán cuántos bobos quedan y cuántos despertaron.
Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy
Editor General