Es cierto que no se ha ganado nada todavía. Estamos de acuerdo en que falta superar a Uruguay y al equipo que llegue a la final del otro lado ( creo que será Argentina) para ser campeones.
También es real que a excepción de Canadá los otros dos semifinalistas tienen más historia. En efecto, sus nóminas son más costosas y todos los argumentos que quieran, como el que suman entre los dos 30 copas continentales.
La verdad es que hoy por hoy la historia se debe demostrar en la cancha y el favoritismo también. Bajo esa realidad Colombia viene sustentando que tiene con qué ser campeón de América.
Tiene el reto más grande en la semifinal del próximo miércoles en donde se enfrentará con el otro equipo que sacó la cara en está muy discreta ( futbolísticamente) Copa América. Hablo de los dirigidos por Marcel Bielsa. Será la final adelantada. El fútbol es así. No se puede ocultar que Argentina por suerte (no por robos, ni teorías conspirativas) le tocó más fácil el camino.
Si vamos hablar de historia pues se debe hablar también de la más reciente y Colombia sacó por penaltis a Uruguay de la Copa América 2021 y lo eliminó en octavos de final en el mundial de Brasil 2014. Si vamos al presente, ambas escuadras tienen mucho peso en la cancha y el que haga mejor las cosas será el vencedor.
El mensaje a los que se le caen los calzones por los foráneos es: hay con qué. El miércoles veremos si seguimos en este cuento onírico o despertamos. Por ahora casi todo el país sueña con esa segunda Copa y tienen todo el derecho. Soñar no cuesta nada y si es por fútbol, es muy posible que se haga realidad.
¡Ganémosla de nuevo!
Este es un editorial de A la luz Pública.