Tolima 1
Imagen: ESPN.

Querer al Deportes Tolima también implica decir verdades

Se volvió costumbre que todo el que critica el funcionamiento del equipo tanto en lo deportivo como en lo organizacional se convierte en enemigo de la Institución. Una mentira colosal que nos lleva a plantear un interrogante ¿ Cuál es entonces la función del periodismo?

Si la labor de la prensa es alentar, hacer arengas, ponerse la camiseta, llorar cuando el equipo pierde o gana, entonces los códigos deontológicos de la profesión tuvieron la suerte del balón. Sencillo, recibieron una patada durísima y la esférica resultó fuera del Estadio para nunca más volver.

La diferencia entre la prensa y la afición está enmarcada en que la primera tiene la responsabilidad de orientar a la segunda. Aquí con algunas pocas excepciones no existe periodismo sino bufandismo o sea hinchas con micrófono o con medio de comunicación. Eso no es un pecado, no obstante, deja en peligro de extinción un oficio que alguna vez calificó Gabo como «el más bello del mundo«.

Se critica a un gobernante cuando las cosas no se están haciendo bien. En las empresas privadas los gerentes mes a mes están presentando balances positivos que sustentan el porqué los dueños les pagan sus millonarios salarios. En el caso del Deportes Tolima, resulta que sus directivos y jugadores son intocables.

Perdieron la final en Ibagué de una forma dolorosa, fueron eliminados de una forma humillante en el Maracaná por el Flamengo y medio equipo se encuentra lesionado y no hay responsables. O bueno sí. Según el técnico Hernán Torres fue culpa de la Dimayor porque los reventó con un calendario inhumano ¿En serio?

¿Para cuándo se responsabilizará a Torres? No fue él el que se casó con jugadores hasta el final y dejó por fuera a muchos que podían servir para darle descanso a otros. ¿No es acaso Hernán el que tiene la batuta para alinear, para saber quién debe descansar y hasta quién es el más indicado para tapar o cobrar un penalti?

¿Quién responde en el equipo por los jugadores lesionados ? Al parecer, su tiempo de recuperación excede la lógica de los médicos que se arriesgan a dar pronósticos. De todas maneras nos preguntamos: ¿ Hay actos de indisciplina? ¿ Cómo tener certezas con el hermetismo que maneja la Institución? La «prensa» se acostumbró a cuánto maltrato se le ocurre a la organización y todo con la lógica de que el buen hincha acepta de todo. Eso es complicidad camuflada de amor por una camiseta.

Lo único cierto es que si el equipo es eliminado de la Copa Colombia, el fracaso será inminente. Dudamos que el conjunto se pueda recuperar anímicamente de otro mazazo. Solo un milagro le permitiría con tantos infortunios salir avante para volver a pelear una cuarta final consecutiva. Desde este portal vemos esa posibilidad muy difícil.

Si Deportes Toliima gana la Copa Colombia, salvará el turbulento año y Hernán Torres podrá salir bien librado del 2022. De no ser así se le complica el balance al timonel para cuando pase al tablero en diciembre. El primer paso será eliminar a Medellín y para ello deberá ganar esta noche en el Murillo Toro. Ojalá el equipo recupere su equilibrio.

Habrá que esperar el amanecer para poder ver el panorama que traerá el nuevo día. Radiante o nublado el deber de la prensa será decir la verdad. Así debe ser guste o no.

*Este es un editorial de A la luz Pública.

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