Muchos de ustedes recordarán los personajes de Walt Disney Tribilín y Pluto. Ambos eran perros pero con marcadas diferencias. El primero podía hablar y tenía características humanas dando vida a una figura literaria llamada: personificación. Así nacieron muchos personajes como el pato Donald o el ratón Mickey.
Mientras que Tribilín hablaba y andaba en dos patas, lo curioso es que Pluto si actuaba como un perro de verdad. Este último, apenas ladraba y muchas veces era llevado con correa por el primero.
A veces la vida real resulta muy similar a la ficción. Esas diferencias entre la misma especie no son exclusivas del mundo Disney. Sucede a menudo en la política tolimense, en donde algunos grupos tienen su propio Tribilín. Él es el único que toma decisiones y los demás solo baten la cola.
El “Pluto” que se mire al espejo y descubra su humanidad y decida hablar, inmediatamente pierde la categoría de leal, porque a los caninos se les mide por la lealtad a su amo. La consigna es: “haga caso y guarde silencio”. Es la famosa política del perrero.
Releía hace poco la obra de Gabriel García Márquez “El general en su laberinto” en ella se refleja la debacle del Libertador Simón Bolívar, sus últimos días, su enfermedad y muerte. Hasta un hombre que saboreó la gloria en toda su expresión, al final se enfrentó a su realidad humana.
A propósito, en la misma obra se habla de José Palacios, el más antiguo servidor de Bolívar. Fue esclavo y el propio Libertador lo liberó. Lo curioso es que jamás dejó de serlo, porque por convicción prefirió seguir al servicio del General. Lo bueno, es que Bolívar al final le dejó algo de herencia a su fiel sirviente. Fue un Pluto feliz.
Vivimos en nuestro propio universo Disney y cada uno de nosotros debemos ser conscientes y analizar si nuestra lealtad está siendo valorada. Habrá quién valga la pena y otros que solo utilizan a las personas para sus fines. Usted decide si quiere ser un Pluto o se acuerda de que es persona y merece un trato digno.
¡Ninguna persona debería conformarse con huesos!
Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy
Editor General.