A La Luz Pública – Noticias de Colombia La fuerza de la verdad
Los ibaguereños no salen de su asombro al conocerse de dos personas que se quitaron la vida en el puente de la variante este martes. Al parecer, el tema de salud mental de los ciudadanos se convierte en uno de los mayores retos para los gobernantes de turno.
En primera medida es bueno aclarar que todos y nadie tienen la culpa de que una persona decida acabar con su vida. Todos, porque como sociedad tenemos un contrato social en donde nuestros gobernantes deben velar por la integridad de sus dirigidos y una comunidad no debe ser indolente ante este tipo de situaciones.
Nadie, porque es muy complicado tener la certeza de los pensamientos y las acciones de otros individuos. Se puede intuir y diagnosticar las enfermedades mentales. De hecho, existen tratamientos farmacológicos eficaces para estos trastornos además de las terapias de psicología clínica. La pregunta es ¿Cuántas personas tienen o pueden tener acceso a este tipo de tratamientos? Muy pocas, es la respuesta.
Conozco y estoy muy familiarizado con el tema al haber sufrido de Trastorno de Ansiedad Generalizada TAG. Estuve con inhibidores de la recaptación de serotonina por cinco años. Una vez la serotonina del cerebro baja, no hay palabra de aliento que sirva para alguien con depresión. Se necesita con urgencia de ayuda de profesionales de la medicina. Muy pocas personas entienden esto y hay mucha ignorancia al respecto.
Si alguien no tiene para pagar sus deudas, está atravesando una situación de duelo o de ruptura amorosa y el estrés se prolonga en el tiempo, es muy probable que termine cayendo en una depresión. Seguramente, esta persona no tendrá para ir al psiquiatra y a su alrededor le dirán que confíe en Dios. El problema es que a muchos de ellos su enfermedad los desconecta con el Universo y eso incluye a Dios.
Algunas personas mayores dirán que los muchachos de hoy son de cristal. Puede ser. No obstante, jamás olvide que la alimentación, las radiaciones, los valores, los modelos de crianza, la dinámica social, las oportunidades laborales etc., son diferentes. Cada época tiene sus propios retos y a lo mejor usted aportó de alguna forma por acción u omisión a que esta generación sea así.
La empatía y el conocimiento son clave para atacar el problema de fondo y no de forma. No es colocando un Ejército en el puente de la variante que la gente dejará de quitarse la vida. El que está enfermo buscará la manera de hacerlo y no duden que la encontrará.
Tampoco es culpa directa del Alcalde, del Gobernador, de los concejales y diputados. Si fuera así, el periodismo tampoco es que esté aportando mucho a la solución haciendo de cada caso una película. Obviamente, los políticos pueden liderar y fortalecer la búsqueda de recursos para trabajar en la prevención de este tipo de desenlaces fatales.
Lo de la línea amiga de “yo te escucho”, son solo pañitos de agua tibia. El que tomó la decisión no creo que esté pensando en llamar a nadie y menos a un desconocido. No es suficiente, se necesita fortalecer el sistema en su orden desde: leyes nacionales, ordenanzas departamentales y acuerdos municipales.
El día en que un sistema de salud brinde de manera gratuita ayuda profesional de psiquiatras y psicólogos clínicos además del tratamiento adecuado farmacológico (si se requiere) se podrá mitigar la situación. Mientras el sistema de salud apenas ofrezca acetaminofén e ibuprofeno no hay grandes esperanzas.
A los que están estables les recomiendo el libro del médico funcional Carlos Jaramillo, El milagro antiestrés, en él encontrará un decálogo que le ayudará a sobrevivir en esta selva de asfalto.
Otra cosa, no les crea mucho el cuento a algunos motivadores que hablan de los que no saben y aseguran llevar vidas perfectas, eso no existe. De hecho, hay una frase muy salomónica que reza que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Jamás olvide que las redes sociales, muestran apenas la punta del iceberg de muchas vidas.
Por: Andrés Leonardo Cabrera Godoy.
Editor General.
