Luis Carlos Rojas Garcia
Imagen: suministrada.

A Santos se le olvidó

Uno podría decir que los ataques del ex presidentes Santos a Gustavo Petro son de no creer; pero, la hipocresía de un personaje como Juan Manuel Santos es comparable con la de Andrés Pastrana y otros.

Independientemente que Santos tenga un Nobel de paz, que todavía me preguntó: ¿A razón de qué si su delgada línea con los falsos positivos, Odebrecht y otras cosillas pillas siempre fueron más que evidentes? Es claro que el que es no deja de ser.

Ahora bien, los reclamos de Santos sobre la paz total son una completa desfachatez y muestra lo acomodado que es este sujeto al que, el lenguaraz Daniel Samper hijo, intentó lavarle la cara en uno de sus ridículos videos cuando Santos finalizó su gobierno, mostrando ese lado humano de un sujeto que guardó cómplice silencio en los últimos cuatro años cuando el inútil de Duque bajo las órdenes de su patrón, destrozó la paz a su antojo.

Sí, durante el nefasto y ridículo gobierno Duque Santos brilló por su ausencia, ya que: primero, se comportó con un ente al que no le importaba el país. Segundo, no dijo nada del proceso de paz que él firmó ¡Ah! Pero, ahora, sale a los medios a sumarse a la cadena de desprestigio que tienen los fascistas del momento contra Petro.

Por esta razón, los reclamos de Santos no son más que una pantomima. Si realmente le hubiese interesado la paz, hubiese levantado la voz cuando Duque y su combo se relamían los bigotes boicoteando todo lo que oliera a proceso de paz.

Lo más absurdo del caso es que parece que a Santos se le olvidó que a él también lo arrastraron y lo atacaron de todas las formas posibles, cuando intentó hacer la paz. Se le olvidó que pisotearon su nombre, su honra y hasta su humanidad cuando evidenció que tenía un problema de salud.

Como sea, Santos es un hipócrita y ese premió de paz, sin lugar a dudas, le ha quedado grande; sobre todo, cuando se atrevió a recibirlo sabiendo que los falsos positivos eran una realidad y que durante largo tiempo los negó.

Espero que algún día este sujeto, al igual de Uribe, se hagan responsables por su negligencia, complicidad o por su presunta participación en todo este mal que le han hecho al país y cuando eso ocurra sabremos que tenía que suceder porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!

Por: Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa, escritor.

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