Reflexiones en medio de la campaña.
En las instalaciones de la Universidad de Ibagué bajo el marco de la Alianza Tolima Vota Bien, una apuesta a fortalecer la democracia de la región y que propició, un espacio de encuentro entre los candidatos a la alcaldía del municipio y sus electores, se mostró de que están hechos todos los aspirantes a alcalde .Quienes asistieron y quiénes no; porque hay que dejar claro un cosa: quienes no asistieron se mostraron sin estar y su ausencia olió a miedo.
El señor Toledo no asistió a compartir sus ideas con nosotros, los universitarios, porque no somos su fortín político, porque lo suyo es ir a los barrios populares y tramar con labia y regocijarse con tamal frio. Porque ya notificó que no asistirá a ningún debate pero hablará—y mucho— a grandes públicos pero sin ningún interlocutor que lo contradiga. La fácil.
Si Jhon Esper Toledo no puede debatir en la diferencia como candidato ¿cómo será como alcalde? ¿Cómo nos va a representar a nosotros los universitarios a los que dejó plantados? Conmigo esta caído el señor ese. Amigo socio y panita de una administración actual nefasta que a veces se ha dejado pillar dándole empujoncitos y para colmo de males, con la estrategia del cobarde, se niega a debatir tratando de esconder sus puntos débiles. Desde el silencio, desde su ausencia, Jhon Esper expuso sin querer, el miedo que le da ser confrontado. !Por qué será! ¿Cuál es el tema que no quiere tocar?
Quienes sí asistieron al debate propuesto para el día 17 de septiembre fueron Ricardo Ferro, Guillermo Alfonso Jaramillo y Pompilio Avendaño.
Este último fue conciliador y dijo que los tres candidatos asistentes tenían la libertad de escoger su grupo de trabajo y no estar inmersos a la presión de partidos políticos que les asignaran gente a dedo. Cosa que reprochó Ricardo Ferro diciendo su frase de batalla: “yo soy el primer candidato cívico”, levantó una ceja y se tocó el pecho. Y es que Ferro es un personaje.
El nuevo Ferro, el que ya no es de la U, el uribista intermitente, es un caso. Es un animal político; más animal que político. Braveo como gánster, posó como modelo, y por posar para verse bien, la cabecita se le bloqueó y le quedó grande medir los dos minutos que le daban para intervenir. Un total fiasco .Un tipo que en un evento donde se busca respirar paz, llega a pavonearse a imponerse, a nombrarse en tercera persona. A hacer gestos despectivos a espaldas de sus contrincantes. Un candidato con un ego enorme de ideas llanas e insulsas. En últimas, como le escuché a un amigo “Ferro es una boleta de man”.
Guillermo Alfonso Jaramillo, cauto y sereno, dio un debate medianamente serio. No fue tan elocuente como en realidad lo es, pero fue educado. Increpó a Ferro sobre su apuesta de traer especialistas a los hospitales, porque él conocedor de los presupuestos públicos, sabe que esa apuesta es fantástica pero poco viable.
No les voy a decir por quién votar porque ni yo lo sé. Mi voto a la alcaldía era por Camilo Delgado, el concejal joven de ideas claras. Pero ese partido Liberal al que está inscrito está monopolizado por los dinosaurios de siempre y le impidieron ser el candidato a la alcaldía para reencauchar a Rubén Darío Rodríguez, un perro viejo.
Necesitamos a futuro un candidato cívico como Ferro pero que no sea Ferro. Y que el tiempo haga de las suyas y nos depure de tanto político malandro. Lo único por destacar es la apuesta de Tolima Vota Bien. Un intento por brindar espacios para hacer política consensuada, sesuda y no emotiva. Pero al parecer, en Ibagué no hay candidatos pa´ eso.
Por: Germán Gómez Carvajal, estudiante Universidad de Ibagué.