
No puedo desconocer que, en su momento, insistí en que Claudia López sería una excelente presidenta de nuestro país Colombia. Sin embargo, con el paso del tiempo y luego de ver su gestión como alcaldesa de la capital, ese pensamiento ha sido borrado por completo de mi cabeza y no es para menos.
Por supuesto, uno pensaría que la López puede estar sufriendo un ataque similar al de Petro, pero, los hechos demuestran todo lo contrario. Si bien es cierto, antes de lograr la Alcaldía de Bogotá, la López se destacó por su discurso aguerrido en contra de la corrupción, los constantes ataques al uribismo, el querer destapar las ollas podridas, etc. También es cierto que su discurso y sus “buenas intenciones” quedaron en la nada apenas consiguió lo que quería.
Lo anterior sin contar, sus múltiples cambios y fórmulas políticas durante su carrera, siempre de la mano de personajes envueltos en fechorías como Peñaloza, Fajardos y otros, a quienes en repetidas oportunidades se le ha escuchado defender.
Sí, los desaciertos de la López son innumerables, no solo les prometió cosas a los bogotanos que no cumplió, sino que, además, los remata ahora enviando a la fuerza bruta ¡Qué digo bruta! ¡Bestia! Del ESMAD, quienes como de costumbre hacen de las suyas sin que nada ni nadie los detenga.
Entonces: ¿Qué fue lo que pasó? Pues bien, el caso de la López es el típico caso del politiquero quien con artimañas suele engañar al ingenuo pueblo. No es la primera en hacerlo, sobre todo, no es la primera en querer ganar unas elecciones a punta de odios y ataques; recordemos, por ejemplo, que, en Ibagué, Jaramillo hizo lo propio cuando Luis H. cayó en desgracia.
Ahora bien, personajes como el Matarife, el mismo Duque y otros en todo el mundo se las han arreglado para vender un panorama que no es, para generar pánico o simplemente para mostrarse como el cambio que no son. Actúan según su conveniencia, unos días son los enemigos y al día siguiente son los mejores amigos. Recordemos al súper amigo de la López, Sergio Fajardo y su acomodado discurso, su risa de yo no fui, cuando mediante una jugada maestra logró darle la patadita de la buena suerte a un partido político tan dañino como el del innombrable. Claro que él lo niega pero, los hechos hablan por sí solos.
En este orden de ideas, debo decir que realmente absurdo ver a la gente del común como usted o como yo, enfrascados en peleas por defender a estos fulanos que lo único que buscan es su bienestar y el de los suyos. He visto amistades y hasta relaciones destruidas por sus dichosas diferencias políticas, algo tan ridículo como pelear por religión o por orientación sexual o, inclusive, por gustos musicales.
Lamentablemente las personas que tienen estas malas prácticas de pelea por defender a estos malhechores, no se dan cuenta que tanto los hombres como las mujeres que hacen parte de toda esta pestilencia, están a la misma altura cuando de corrupción se trata. La corrupción no tiene género, por eso unos y otros están dispuestos a todo con tal de llegar al poder, por esta razón hacen alianzas, interpretan un papel, son actores y actrices muy talentosos y, a la final, se siguen burlando del pueblo.
Muchas personas como usted o como yo, no se dan cuenta que a estos personajes no les tiembla la mano para desalojar, ignorar las peticiones de quienes votaron por ellos, dar la orden de apretar el gatillo o mandarles la jauría para que los golpeen y hasta los dejen sin ojos como acaba de pasar justamente en la gran administración de la López.
Ahora bien, volviendo a la alcaldesa en mención, debo decir que cuando la oposición comienza a criticar a la oposición, la cosa está muy jodida; Samper, Wally y otros más que se supone, son de la oposición, no se han hecho esperar para censurar fuertemente a una mujer que se suponía sería el cambio que el país necesitaba.
Sin embargo, y aquí quiero que lo entienda, la López es más de lo mismo, posa para la foto, sale a los medios a hacer farándula, aprovechó la desfachatez de Duque para hacer su campaña de odio y se mostró como la reencarnación del mesías cuando no lo es. Ahora, junto a su bancada, se van a parrandear al país y lo van a justificar, porque siempre tienen la manera de hacerlo.
La López lo ha hecho de nuevo y como ella, lo van a hacer los Fajardo, los Uribe, los Robledo, los Gaviria, los Samper, los Santos, los Duque, los Valencia, los Dávila y todos esos comediantes que ya le encontraron la comba al palo y que tienen el negocio claro, muy claro.
Entre tanto, los colombianos seguirán discutiendo por los colores, los partidos, las risitas, los mechones de cabello, los ojitos tiernos, las frases de cajón, los gritos con rasgada de vestidura, las promesas y más promesas, las dizque ayudas y, por supuesto, ahora las vacunas, así como muchos seguirán repitiendo estupideces como el Castrochavismo, el nuevo Rusocastrochavismo y todas esas frases que se han inventado para todos los incautos; y así seguirán creyendo que estos aparecidos de izquierda o de derecha los van a salvar del mierdero que el mismo colombiano ha permitido durante tantos años.
Por todo, si usted es de los que anda defendiendo a esta gente, le recomiendo que trace bien sus prioridades, la familia, las amistades y la honestidad, valen más que cualquiera de esos corruptos que hoy por hoy usted ve como parte de su vida.
Por: Luis Carlos Rojas García, escritor.