La situación financiera y administrativa de la institución es insostenible.
Una situación lamentable vive el claustro educativo más importante del Tolima que permanece cerrado y ni siquiera ha podido abrir matrículas a sus más de 20.000 alumnos.
Cerrada. Endeudada. Sin clases ni matrículas. Ese es el panorama de la Universidad del Tolima.
Uno de los primeros en destapar la problemática fue el presidente de la Asamblea, Milton Restrepo, quien afirmó que, “de manera irresponsable y por culpa de la politiquería”, el rector José Herman Múñoz Ñungo aumento la planta de personal.
“La planta de personal pasó de 640 a 1.400 puestos de trabajo, y esto se dio pese a que estaba prohibido por un decreto”, aseguró Restrepo, y agregó que “esto genera un desbalance de 12.000 millones de pesos”.
El diputado fue más allá y denunció que, de acuerdo con el balance financiero, había en caja 34.000 millones de pesos “y se los gastó el rector de manera irresponsable”.
Lo cierto es que la Universidad del Tolima tiene en estos momentos un desbalance superior a los 20.000 millones pues les adeuda salarios, primas y prestaciones a sus empleados.
“La deuda total de la universidad es de unos 60.000 millones y en medio de este panorama oscuro está empeñado en hacer un crédito de 10.000 millones”, dijo.
El gobernador del Tolima, Óscar Barreto, dijo que para salir del atolladero, la Universidad necesita unos 30.000 millones.
“Nadie le va a girar esa plata, el gobierno ha señalado que la situación económica es compleja”, dijo Barreto.
“Debemos decirnos las verdades, si hay abusos en nómina paralela, eliminémoslos, si hay prebendas adicionales que afectan el prepuesto quitémoslas y saquemos adelante la universidad«, señaló el mandatario.
“Necesitamos que se diga toda la verdad”, dijo el gobernador.
Muñoz Ñungo, recientemente reelegido rector, se defiende y asegura que la crisis económica se generó principalmente por la demanda en la cobertura pues se crearon 6 programas nuevos en presencial, entre ellos Sociología, Ciencia Política y Derecho que era pedido a gritos por los estamentos sociales.
También se debe atender las publicaciones científicas y se logró la acreditación de calidad de 10 programas con lo que fue necesario incrementar la planta de profesores, y el número de educadores con título doctoral que asciende a 103.
También fue ampliada la oferta de maestrías y doctorados, siendo la única universidad que oferta doctorados en la región.
“Estamos entre las 25 mejores universidades del país y los compromisos son cada día más grandes pero lo grave es que el gobierno no financia adecuadamente su crecimiento, la calidad y la ampliación de cobertura tienen costos altos que nos asfixian”, dijo.